Londres.

No hay que ponerse nostálgico por el punk, pero en ese caso, lo menor es no coleccionar memorabilia de los días de gloria de los Sex Pistols. Ese parecía ser el mensaje ayer cuando el hijo del mánager de la banda británica, Malcolm McLaren, y de la diseñadora de modas Vivienne Westwood, prendió fuego a una extensa colección de recuerdos punk a bordo de un bote en el río Támesis, en Londres, en protesta contra los planes de celebración del 40 aniversario del movimiento.

Joe Corre quemó los artículos, cuyo valor se calcula en 6.2 millones de dólares. El punk nunca, nunca tuvo por finalidad ser nostálgico, y tú no puedes aprender cómo ser uno en un taller del Museo de Londres, dijo a los observadores.

El punk se ha convertido en otra herramienta de mercadeo para venderte algo que no necesitas. La ilusión de una elección alternativa. Conformidad con otro uniforme. El conjunto de recuerdos quedó reducido a humo, junto con fuegos artificiales y efigies de líderes políticos.

Anteriormente, Corre había dicho que le disgustaban los planes de Londres de celebrar los 40 años de la subcultura punk.

El programa, que incluye actos, conciertos y exposiciones, está respaldado por el alcalde de Londres, la Biblioteca Británica y el Instituto del Cine Británico.

Corre afirmó que quería destacar “la hipocresía que hay en el corazón de este robo de 40 años de Anarquía en Reino Unido”, el icónico sencillo de Sex Pistols, lanzado el 26 de noviembre de 1976.

“El establishment ha decidido que es el momento de celebrarlo. Está tratando de privatizarlo, de empaquetarlo, de castrarlo”, declaró Corre, citado por el periódico The Times.