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El marcador global de 2-1 fue favorable para las Águilas, que avanzan a semifinales

El América cobra revancha ante Chivas con gol de Oribe Peralta

El triunfo también pertenece a Ignacio Ambriz, porque él armó este equipo, señaló La Volpe

En los clásicos hay que disfrutar cuando se gana y no llorar cuando se pierde, dijo Almeyda

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Oribe Peralta y Orbelín Pineda forcejean durante el partido de vuelta disputado en el estadio de las ChivasFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de noviembre de 2016, p. 2

Guadalajara, Jal.

El América necesitó de un gol que anotó Oribe Peralta para meterse en la semifinal y derrotar 1-0 a Chivas en su propia casa (global 2-1), para avanzar en su propósito de celebrar el centenario con el título del torneo Apertura 2016.

La posición en la tabla privilegiaba a Chivas, pues un empate sin goles o 1-1 les daba el boleto. El duelo se antojaba accidentado, no tanto como los usuarios que contrataron el servicio de Cinépolis Klic y que sufrieron fallas de transmisión en el primer tiempo.

Ambos equipos salieron demasiado acelerados. Diez minutos de vértigo en los que resultó difícil saber quién era el más ambicioso o quién era el más presionado por abrir el marcador. Marejadas de un lado hacia el otro obligaban al espectador a girar la cabeza como si se tratara de un juego de tenis y no el partido de vuelta en el estadio de Chivas.

Ambos también estaban demasiado concentrados en sus líneas para no conceder un solo error al rival. Pese a la urgencia del América por abrir el marcador, los tapatíos se volcaron en una actitud muy ofensiva.

Apenas empezaba el encuentro y Carlos Cisneros ya disparaba al arco de Moisés Muñoz, quien, hábil, se quedó con la pelota sin problemas. Poco después, de nuevo el arquero de Coapa tuvo que ocuparse, cuando Alan Pulido logró acercarse al área, y ante la inexplicable concesión de la zaga dio la vuelta sin obstáculos y disparó a la portería, pero el balón dio en las manos de Muñoz.

Los aficionados también estaban metidos en la acción, algunos con actitudes hostiles que han dado qué hablar (como en el Monday Night de la NFL en el Azteca), con gritos homofóbicos en los despejes de Muñoz e incluso con luces láser apuntando a su rostro durante un tiro indirecto.

Aunque no hubo dominio claro de nadie en la primera parte, los jugadores brindaron algunos destellos. Pasada media hora, Carlos Gullit Peña realizó un pase soberbio, bombeando la pelota, pero fue una lástima que los atacantes rojiblancos no hallaran cómo resolver aquella belleza.

Casi al terminar el primer episodio, Cisneros emprendió una carrera desquiciada y, a pesar de que la cancha se le terminaba, alcanzó a enviar el tiro al arco y obligó a Muñoz a meter las manos.

Al regresar del descanso, el técnico Ricardo La Volpe empezó a mostrar rasgos de nerviosismo. Hizo sus primeros cambios: sacó a Silvio Romero para reforzar con Carlos Rosel, a quien abrumó con indicaciones.

Aunque el América no contó con Rubens Sambueza por lesión, empezó a ganar en el ataque y al minuto 54 Darwin Quintero hizo el anticipo de lo se le venía a Chivas: corrió hasta el límite de la cancha y recetó una diagonal que por poco se va al arco, pero Rodolfo Cota alcanzó a tapar.

No pasó ni un minuto cuando llegó la jugada que dio el boleto a semifinales a las Águilas. En un tiro de esquina, Oribe se quitó la marca de Salcido y Cisneros, se salió del área y asestó un cabezazo a medio vuelo para anotar el único gol del partido.

Era una situación comprometida para el cuadro local, sobre el que ahora recaía la presión de anotar. El marcador 1-0 (2-1 global) lo dejaba fuera. Un solo tanto y volvería a tomar ventaja.

Matías Almeyda fue entonces quien empezó a mostrar ansiedad en el área técnica. Sacó al Gullit y metió a Néstor Calderón, además de relevar a Orbelín Pineda por el delantero Marco Bueno. El equipo se quedó sin media cancha para apostar todo al ataque insistente.

Avanzaban los minutos y los rojiblancos empezaron a desesperar, mientras los de Coapa hacían cualquier cosa para gastar tiempo. En la disputa del balón, Jair Pereira chocó contra Oribe, quien apenas sintió el contacto cayó desmadejado como si estuviera desmayado. Tendido boca abajo y con los brazos extendidos, Pereira encolerizó por la dramatización y levantó al jugador americanista de la camiseta con la firmeza de quien levanta un muñeco de trapo. Quintero fue a manotear, y el de Chivas se salvó de una tarjeta.

El América todavía intentó algunos ataques. Renato Ibarra hizo un disparo diagonal que alcanzó a echar Cota de manera impecable. Todo el chiverío estaba metido en el área de las Águilas, que se habían trastocado en un colectivo de zagueros.

Las últimas jugadas fueron tiros de esquina, en las que acudió a buscar el remate el portero Cota; poco faltaba para que hasta el técnico de los tapatíos entrara a apoyar, pero los intentos fracasaron ante unos recios americanistas.

Terminó el encuentro, con el que las Águilas dejaron atrás las derrotas ante Chivas en el torneo regular y la Copa Mx, para tratar de meterse a una final y celebrar su centenario.

Agradecimiento

Ricardo La Volpe agradeció a su antecesor, Ignacio Ambriz –a quien relevó a media campaña–, por haber armado a este plantel que venció al Guadalajara.

Si tengo que elogiar es a Ambriz, él hizo este equipo, este triunfo también le pertenece, dijo el entrenador. Sobre todo después de que el equipo había perdido partidos, sobre todo ese 3-0 ante Chivas y un equipo grande no puede perder.

El entrenador Matías Almeyda salió a la conferencia con la premisa de que no habría palabras para describir los sentimientos que tenían en este momento sus dirigidos.

Jugar tantos clásicos es lindo, cuando se ganan hay que disfrutarlo y sin llorar cuando se pierden, dijo Almeyda.

No hay palabras para describir una derrota semejante. De nada vale hacer ahora un análisis de resultados. Se terminó. Si analizamos, veremos que no hubo un equipo que dominara el encuentro. Sólo dominó con ese gol en una jugada de pelota parada, agregó el técnico de los rojiblancos.