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Rendirse va contra nuestro código militante, afirma EPN

Cuidando las formas y sin nombres, el tricolor inicia la carrera de sucesión
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de noviembre de 2016, p. 4

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) arrancó finalmente la carrera de la sucesión presidencial de 2018, pero cuidadoso siempre de las formas, todavía sin precandidatos. Porque además, a diferencia de hace exactamente cinco años cuando la nominación se resolvió con un solo registro, los priístas entendieron este domingo que habrá varios nombres, así que la caballada no será ni remotamente flaca.

Otros partidos ya se adelantaron y eso ha provocado voces de alerta entre los priístas, que ya hablan de derrota y hasta de un supuesto pacto con el Partido Acción Nacional (PAN) que tuvo ayer su mentís presidencial.

Y así la visión que presentó ayer Enrique Peña Nieto, en la renovación del Consejo Político Nacional es otra: sí vamos por el triunfo... rendirse va en contra de nuestro código militante.

En el PRI la forma siempre es fondo. Así, entre el discurso del dirigente Enrique Ochoa Reza y el de Peña Nieto se presentó a los consejeros, el gabinete en pleno, los gobernadores en funciones y los electos, así como los ex dirigentes priístas, un video para reforzar qué ha sido el tricolor: el constructor de instituciones.

Con ese preludio, más tarde en lo que denominó a esa etapa de la historia del país como el sello PRI, el Presidente advirtió que en 2018 no sólo está en juego la Presidencia, sino el no retorno al estancamiento.

La sesión no sólo tuvo como propósito integrar el nuevo consejo, que será el encargado de definir el método para la elección del candidato presidencial. Se eligió el inicio oficial de la sucesión en una fecha que para Peña Nieto tiene especial relevancia.

Hace seis años, y lo dijo frente a los consejeros que celebraron recordarlo, el Presidente se casó en la catedral de Toluca con Angélica Rivera; y en 2011 se registró como precandidato único a la Presidencia.

Con la comodidad que le da sentirse con los míos, los priístas, Peña Nieto no sólo se encaramó y corrió entre las vallas y las gradas instaladas ayer en el estacionamiento de la sede nacional, también por primera vez ante la clase política tricolor cuestionó, sin mencionarlos, la traición de los gobernadores envueltos en casos de corrupción.

Para el Presidente, todo México cabe en el PRI, un partido que jamás ha permitido la división.

El mensaje fue para todos: y desde primera fila lo escuchaban los integrantes del gabinete –el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, de camisa blanca y logotipo del tricolor; el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, también de blanco pero sin el escudo priísta–, y los ex dirigentes del partido.

Entre los observadores causó efecto la postura que asumieron Manlio Fabio Beltrones y Roberto Madrazo, ambos flanqueando a Pedro Joaquín Coldwell, quien dirigió al partido en la elección de Peña como candidato. Los dos aplaudieron lo básico.

Madrazo Pintado, quien se impuso como candidato presidencial desde su cargo como dirigente del partido, ayer en la desmemoria dijo: No podemos seguir imponiendo a la militancia. De nada sirve que se imponga un candidato si no tendrá consensos al interior. Lo hemos vivido. Si teniendo consensos hay traiciones, ¡imagínense sin ellos!

Hay una corriente que, según el ex gobernador de Tabasco, piensa de esa manera.

Para esa forma de pensar, dentro y fuera del partido, también Peña exigió: No se dejen engañar por los derrotistas, los mismos que ya se han equivocado... los de memoria corta que en 2000 nos condenaban a desaparecer. Pero aquí estamos.

Arrancó pues la carrera presidencial del PRI. Sí, pero aunque apenas en marzo Peña Nieto dijo que quien se mueve sí sale en la foto, ayer recurrió a una cita de Reyes Heroles de hace medio siglo para mantener quieto al gabinete.

Y abundó, aunque con un traspié: “primero el plan y después el hombre. Y lo reafirmo, primero el pan, el programa, primero el proyecto, y después los nombres”.