Constitución de la ciudad
Avances, pese a todo
uy a pesar de muchos pesares, la segunda etapa del proceso de construcción del texto constitucional para la Ciudad de México está por concluir; es decir, los dictámenes sobre las más de mil iniciativas que se discutieron en ocho mesas de análisis están a punto de concluir, en casi todos los casos, para que, después del 10 de diciembre, se inicie en el pleno la discusión que pondrá fin al proceso que habrá durado cuatro meses y medio al último día de enero del año próximo.
Es verdad que el proyecto de constitución que se redactó en la jefatura de Gobierno de la ciudad no levantó ni la curiosidad ni la pasión que despertaron las carreras de la Fórmula Uno o el partido de futbol americano de la NFL, pero las consecuencias que traerá, para bien o para mal, el establecimiento de algunas nuevas reglas de convivencia, habrán de impactar la cotidianidad de todos los que habitamos esta capital. Eso sin duda.
Habrá un antes y un después, y esas reglas tendrán que delinear a un nuevo capitalino, a un nuevo chilango, que muy seguramente podrá gozar de mayores derechos y, por tanto, de mayor seguridad en el transcurrir de su andar en la Ciudad de México.
Es muy posible que a partir de la promulgación del texto constitucional –el próximo 5 de febrero– los acuerdos entre las cúpulas de los partidos políticos ya no vuelvan a surtir efecto, porque es muy probable que muchas decisiones tendrán que ser avaladas por la población. Haber creado un parlamento abierto donde los ciudadanos pueden ver, escuchar y decir será, por ejemplo, otra de las muchas cosas que cambiarán en definitiva.
Ayer concluyó el análisis de las iniciativas en la mesa de principios y, por decirlo de alguna manera, es ahí, en esa comisión, desde donde se fabrica la brújula que dará rumbo a las formas de convivencia que exige la constitución política de la Ciudad de México.
Lo que sigue es que la mesa directiva habrá de elaborar un dictamen que será discutido por todos los integrantes de esa instancia, y luego enviado para su análisis al pleno, donde todos los diputados podrán dar su opinión y, desde luego, su aprobación.
Cuando menos hasta ahora hay fuerzas políticas que se niegan a participar en las mesas de análisis y sus ausencias son indicadoras de que lo que salga de esos análisis poco les importa. El Partido Acción Nacional, por ejemplo, apenas acudió a las citas de trabajo en la mesa de principios, y alguien, entre bromas y veras, explicó que la razón era que en ese organismo político no había principios, sino intereses, y que ello restaba importancia para los diputados de ese partido.
De cualquier forma, la constitución política de la Ciudad de México va. El trabajo para Dolores Padierna, para Porfirio Muñoz Ledo, Bernardo Bátiz, Enrique Jackson, Cecilia Soto, Jaime Cárdenas y Elvira Daniel, principalmente, se multiplicó y no termina. Apenas se agotó la segunda etapa, pero ahora viene los bueno.
De pasadita
Para el titular de la Secretaría de Finanzas del gobierno de Miguel Ángel Mancera lo más fácil es recetar la fórmula neoliberal para tratar de enfrentar los problemas económicos que causó el terrible recorte de recursos que impuso el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y es que el jefe de las finanzas locales, Édgar Amador Zamora, no se molestó en pensar alguna otra salida; simplemente aceptó que la iniciativa privada transite por las obligaciones del gobierno con esquemas de inversión que apuntan a privatizaciones disfrazadas. ¡Aguas!