El Gobierno de la Ciudad de México ha condenado al servicio de taxi a desaparecer, al exigir que los modelos 2006 hacia atrás sean sustituidos por unidades híbridas o eléctricas, lo cual es imposible ante la tarifa tan castigada.

Ignacio Rodríguez, vocero del Movimiento Nacional Taxista, informó que el costo promedio de una unidad de ese tipo es de 350 mil pesos, más 13 por ciento de interés y plazos de 60 meses, lo que implica pagar más de 8 mil pesos mensuales.

De no hacerlo, señaló, corremos el riesgo de perder nuestra concesión, mientras a las empresas trasnacionales Uber y Cabify sólo les exigen comprar un vehículo nuevo con costo superior a 200 mil pesos, lo cual resulta injusto.

En conferencia de prensa, en la que rechazaron la entrega de un premio al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, por las acciones en favor de la movilidad, cuando ha convertido a la ciudad en un enorme estacionamiento, alertaron que en 2017 miles de taxistas corren el riesgo de perder su patrimonio.

Las concesiones otorgadas por 10 años están a punto de vencerse y “muchos de los 140 mil taxistas autorizados no tendrán el recurso para sustituir sus vehículos por eléctricos o híbridos, lo que significará una catástrofe gremial, que favorecerá a las empresas que trabajan con dispositivos móviles.

En la actualidad, de acuerdo con la Secretaría de Movilidad, sólo 300 unidades de ese tipo dan servicio en la ciudad.