Guadalajara, Jal.

La colombiana Laura Restrepo confesó su pecado de escritora, que para otros es una virtud novelística. Los malos se me dan muy bien; no sé que otra encarnación previa o futura habré tenido, pero sé muy bien cómo hablan los malos, los malos malísismos.

Sentada a su lado, Elena Poniatowska, quien también ha retratado a malos malísimos en sus crónicas, sonreía en la presentación de Pecado, obra de Restrepo.

Llegar a la parte de los malos era como el recreo; me quemo las pestañas con los demás personajes y cuando llegan los malos hablan solos por mi voz. Este libro, que es de puros malos, era para mí como una delicia, agregó su autora.

Basada en El jardín de las delicias, la célebre pintura moralizante y satírica de El Bosco, el libro de Restrepo sirvió de trampolín para actualizar los pecados de la época del rey Felipe II de España a la era en que Donald Trump está por asumir el poder de la nación más poderosa del mundo.

“Hoy se ha mencionado muchísimo a Trump, porque finalmente El jardín de las delicias son puros trumpitos haciendo lo que Trump nos va a hacer a todos”, dijo Poniatowska, provocando la risa unánime del público en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Hay que prevenirse contra los pecados de lo que va a ser para América Latina y no se diga en México este señor Trump. ¿En qué confesionario nos vamos a poder reflejar, en qué lugar vamos a estar? No lo sabemos y además cómo vamos a recibir a todos los que van a atravesar la frontera y van a llegar, qué les vamos a dar, dijo la colaboradora de La Jornada.

Poniatowska calificó Pecado de apocalíptico, aunque también de cálido, porque finalmente todos los personajes, hagan lo que hagan, se salvan; están salvados por la autora. Espero que ella no salve a Trump, concluyó la escritora y periodista.

Restrepo dijo que Pecado nació de deliberaciones que tuvo consigo misma, de preguntarse qué iba a escribir ahora.

Y me dije que haría lo que me dé la gana. Este libro es un producto de eso, un sitio donde el lector y yo podemos jugar con un tema terrorífico, rompiendo todas las barreras; si es o no novela es lo de menos. Se trata de personajes que viven su vida y el lector se monta en la vida de ellos.

Cruzar fronteras del bien y el mal

Laura Restrepo indicó que en la obra decidió darse una completa libertad en el manejo de los tiempos, sin confundir al lector, pero yendo de un lado a otro de la historia “sin demasiado prejuicio, de la misma manera que la alta y baja cultura conviven.

El libro se abre con El Bosco, pero también con La Cabra Mecánica (grupo español de rock). Y de ahí en más se va colando todo, un poco sin cuidarme. Y lo mismo con los personajes, se mueven un poco a su arbitrio, cruzando esas fronteras de bien y mal. Ese es el pecado donde uno dice que ya, hasta ahí.

Consciente de su estilo, Restrepo dijo que no buscó inventar el hilo negro con su obra más reciente, pues toda la sopa sabe a lo que sabe la primera cucharada y afirmó que no me iba a dejar venir con un Quijote, eso era claro.