Con marros y maquinaria pesada, cuadrillas de trabajadores de la delegación Tlalpan demolieron ayer dos de las tres fincas construidas por ex funcionarios perredistas de la demarcación en suelo de conservación en el paraje La Rufina, en el cerro del Ajusco.

Una de ellas, construida totalmente en piedra, se encontraba deshabitada, pero la otra, una cabaña de dos niveles, con techos, pisos y muros de madera estilo chalet, estaba amueblada y contaba con los servicios de energía eléctrica –proporcionado por medio de plantas de luz– y de agua mediante almacenamiento en tinacos y cisternas.

El personal de la delegación sacó los enseres domésticos y menaje, entre ellos muebles de madera rústicos, ropa, camas, colchones, fotografías, aparatos de calefacción, asadores y palapas que se encontraban en bodegas, que fueron inventariados y resguardados por las autoridades.

En esta propiedad, además se destruyó un salón de fiestas –construido en una amplia área jardinada–, con barra, mesas y sillas tipo bar de madera y plástico. También se resguardó a dos perros gran danés.

Fernando Hernández, director de Jurídico y Gobierno, explicó que los inmuebles son propiedad del actual diputado federal perredista Carlos Hernández Mirón, y de Eloy Fuentes, ex director de Servicios Urbanos de la demarcación, y del ex jefe delegacional de Tlalpan Higinio Chávez, que construyeron a pesar de tener conocimiento de que se trata de una área verde protegida.

La propiedad de la familia de Higinio Chávez, la más grande de las tres, no fue derribada porque interpuso un juicio de amparo, en el que se les otorgó la suspensión provisional. Vamos a esperar la sentencia definitiva, que esperamos nos sea favorable para realizar la demolición, apuntó.

Aseguró que en los otros dos casos se iniciaron los procedimientos corrrespondientes, en los que se pidió a los propietarios demoler por cuenta propia, lo que no ocurrió.

Durante las acciones arribó el ex delegado Higinio Chávez, quien confirmó que cuenta con una propiedad, al igual que sus ex colaboradores Carlos Hernández y Eloy Fuentes. Son casas sencillas, sin ningún lujo; son casas de campo, destinadas al turismo y al trabajo, refirió, al considerar que tienen valor de un millón a un millón y medio de pesos.

En su caso, dijo, el terreno es utilizado para prácticas de equinoterapia, cultivo de árboles frutales y de temazcal.

Desde que llegó Claudia Sheinbaum hemos sido hostigados y nos amenazó de que iría en contra de las casas de los perredistas, y veo que está cumpliendo sus amenazas con la ley de Herodes, expresó.

En el operativo también se presentó el hijo de Eloy Fuentes, Eluin Fuentes Monzón, quien intentó impedir que se llevara a cabo la demolición, pero fue retirado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.

Aseguró que su familia no fue notificada de la demolición y que el procedimiento administrativo aún estaba abierto.