La Secretaría de Cultura federal, por conducto de la dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, a cargo de Raúl Delgado Lamas, hizo ayer la entrega oficial de los trabajos de restauración y rehabilitación en el templo de la Inmaculada Concepción, La Conchita, a la asociación religiosa franciscana.

Se entregaron las llaves del templo a fray Roberto Rosas Monroy, párroco de la iglesia de San Juan Bautista; Delgado Lamas explicó que en los años recientes se invirtieron 12.5 millones de pesos en la restauración y recimentación ante los daños físicos y riesgo de colapso en el inmueble.

Detalló que en La Conchita, templo ubicado en Coyoacán, lugar fundado por toltecas y tepanecas entre los siglos X y XII de nuestra era, se hicieron estudios de mecánica de suelos y recimentación; restructuración de la cúpula, bóvedas y fachada, retiro de yugos preventivos y colocación de tensores, además se realizaron nuevas instalaciones hidro-sanitarias, red pluvial y recuperación de niveles del atrio.

También, labores de limpieza y conservación, esenciales en el retablo del presbiterio y del portón de acceso; se instaló un sistema de iluminación en el interior y se efectuaron trabajos de carpintería en puertas, ventanas y barandal del coro, así como de pintura a la cal y colocación de un nuevo piso de tablones de encino dentro del templo.

El responsable de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural informó que las osamentas, tiestos y otros vestigios materiales encontrados dentro del inmueble y en el atrio durante los trabajos de excavación están en proceso de revisión en los laboratorios del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

De la información que se dispone sobre los restos arqueológicos es que hubo un asentamiento tolteca de ese suelo desde el siglo X, pues siempre se había pensado que era tepaneca o mexica.

Delgado Lamas recordó que en las excavaciones se hallaron restos de españoles y de indígenas, gente enterrada en el atrio y una persona que tenía un hierro clavado en la columna vertebral.

En 2008 el templo comenzó a dar señales aceleradas de deterioro con la aparición de fisuras que pronto fueron alarmantes grietas en fachada, bóvedas y cúpula. Las autoridades elaboraron un proyecto de refuerzo estructural para saber qué tipo de recimentación se requería.

Dijo que los monumentos de más de 200 años precisan de monitoreo constante y al templo se le seguirán tomando nivelaciones. Falta la iluminación exterior, aunque este trabajo se debe coordinar con la delegación Coyoacán porque se trata de un espacio público y social.