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Las prendas tienen sello de seguridad y son asignadas en forma individual

Aplica Sedena estricto control sobre los uniformes de más de 200 mil elementos

Son identificables para evitar que se vincule a soldados con delitos cometidos por criminales

 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de diciembre de 2016, p. 4

Todos los uniformes de los más de 200 mil soldados que integran el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana cuentan con sellos de seguridad, invisibles a simple vista, que garantizan que sólo sean usados por el elemento al que fueron asignados y que se pueda ubicar, en caso necesario, al militar que esté relacionado con un acto ilícito.

A partir de este año, la Fábrica de Vestuario (Fave) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comenzó la producción de botas, pantalones, chamarras y gorras con tinta especial láser en el interior de las prendas, con la finalidad de identificar plenamente cuando grupos de la delincuencia organizada utilicen ropa tipo militar para cometer fechorías, y evitar el mal uso del uniforme.

Durante un recorrido por la Fave, personal bajo el mando del general Juan Manuel Castillo Segura mostró cómo militares, hombres y mujeres, elaboran anualmente más de 3 millones de artículos, desde banderas y estandartes de escritorio, lábaros patrios monumentales, muebles, mochilas, cascos y chalecos antibalas hasta uniformes de gala y de campaña para abastecer las necesidades de las unidades castrenses.

Los encargados de la producción y voceros de la dependencia reconocieron la preocupación del alto mando de la Sedena por los múltiples casos que se han detectado de bandas de delincuentes que utilizan ropa tipo militar para cometer actos ilícitos, lo que afecta la imagen de la institución cuando se acusa, sin razón, a sus elementos por diversos delitos.

Por otra parte, la Sedena ha solicitado a las corporaciones policiacas estatales y municipales, así como a las privadas, que se abstengan de utilizar uniforme tipo camuflaje, porque confunde a la sociedad sobre las acciones que realiza el Ejército.

En la actualidad se conoce con precisión a quién pertenece cada uniforme. El lugar donde está pintado el folio de cada prenda es secreto de Estado.

Es tan estricto el control de los uniformes que el soldado que pierda una parte de su indumentaria está obligado a presentar la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público Federal, para evitar que lo involucren en el mal uso de la prenda.

El uniforme no se puede regalar o tirar cuando está viejo o en mal estado. El soldado debe destruirlo o entregarlo al área administrativa correspondiente para que se deshaga de él. Incluso los desertores se preocupan de encargar sus uniformes a algún compañero, porque si se lo llevan su situación legal se agrava.