La Paz.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, aceptó este sábado postularse al cargo por tercera vez, después de que su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), lo proclamó candidato para las elecciones generales de 2019, pese a que un referendo de febrero pasado le negó esa posibilidad.

Si el pueblo lo decide, Evo sigue. Ningún problema. Vamos a ir a derrotar a la derecha. Tantas veces hemos derrotado a la derecha. Tenemos confianza en los movimientos sociales, sostuvo el mandatario luego de que el MAS aprobó de manera unánime la candidatura en un congreso celebrado en la localidad de Montero, departamento de Santa Cruz.

Morales ganó su primera elección en 2005 con 54 por ciento de votos, revalidó el cargo en 2009 con 64 puntos porcentuales y volvió a ser relecto en 2014 con 61 por ciento. Siempre frente a una oposición desmembrada, la cual no consigue darle batalla.

Según una encuesta reciente, el mandatario cuenta con una popularidad de 49 por ciento, pese a llevar 10 años en el poder, desde donde enjuicia la política económica estadunidense y se declara amigo de Cuba. Además sintoniza con los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Ecuador.

Vamos a vernos en las urnas, en las elecciones, pero que no nos manipulen con mentiras. Así aludió a los resultados del referendo de febrero, cuando por un ajustado margen se le negó la posibilidad de competir en los comicios de 2019.

En ese entonces el mandatario, que de vencer en los comicios de 2019 permanecería en el poder hasta 2025, sostuvo que el resultado del referendo se debió a la mentira y manipulación de los sectores opositores y de medios de comunicación internacionales.

El dirigente Fidel Surco, quien coordinó el debate de la mesa política, explicó que el congreso del MAS recomendó cuatro alternativas legales para habilitar esa candidatura dentro de la vía constitucional. La primera es una reforma parcial a la Constitución a través de una iniciativa ciudadana con la recolección de firmas equivalentes a 20 por ciento del padrón electoral.

La segunda hace referencia a una reforma constitucional que permita la relección de las autoridades por más de un periodo de manera continua, algo que ya hicieron en 2009, cuando se aprobó una nueva Constitución.

La tercera es que el presidente renuncie antes de las elecciones de 2019, adelantando así la conclusión de su presente mandato, y la última alude a la habilitación de un nuevo mandato mediante la interpretación de la Constitución.