a lectura de la revista El arte de cocinar muestra diversos matices del mundo de las amas de casa de clase media acomodada de mediados del siglo XX, pero también el perfil de su directora, Josefina Velázquez de León, como verdadera empresaria. Con visión entendió que venían nuevos aires y percibió una veta comercial importante.

Las 32 páginas de esa publicación mensual están divididas en secciones fijas. La que tiene por nombre Teoría suele referirse a temas de nutrición. Hay una de consejos útiles y otra que se titula A.B.C. de la cocina que orienta a las lectoras para elaborar de manera adecuada algunas de las preparaciones cotidianas en México, como los frijoles o el arroz, que debe escogerse de buena calidad, limpio, entero, blanco, nuevo, de grano duro. El arroz ya cocido, cuando está bien hecho, debe quedar seco, suave y separado un grano de otro.

La sección Cocina regional ofrece recetas de los estados de Sonora, Jalisco y Tamaulipas; enseguida hay otra entrada sobre cocina internacional: cubana, italiana y francesa, entre otras. Una mujer remando en una trajinera, en los canales de Xochimilco, anuncia el apartado que se dedica a las legumbres y frutas de la estación. El servicio de mesa tiene importancia; sería “inexcusable de parte del ama de casa descuidar el ornamento de la mesa. Es preciso que al primer golpe de vista los invitados tengan la impresión de un refinamiento sin ostentación…” Complejos pasteles, como el de china poblana, comparten espacio con las gelatinas con paisajes y otras decoraciones que estaban de moda.

Todo se vende en la Academia de cocina y repostería Velázquez de León; lo mismo las figuras de azúcar para adornar pasteles de boda, que diversos utensilios: moldes, duyas, cortadores para verduras, el cristal refractario. También los ingredientes marca Oro: harina pastelera, azúcar para pastillaje, levadura, pasta para cubrir y adornar pasteles, que se envían COD a toda la República. Como regalo de boda qué mejor que un libro suyo encuadernado en keratol con el nombre de la novia en letras doradas.

Para “expansionar el conocimiento de esta revista, así como demostrar la eficacia de las recetas que contiene los libros que tiene editados la directora…” aprovecha las fiestas patrias para hacer un recorrido por diversas ciudades: Toluca, Zitácuaro, Morelia y Zamora hasta llegar a Guadalajara. Establece agencias, reúne recetas para sus siguientes libros, crea redes. Propone ofertas, da clases de demostración gratuitas; esta empresaria de la cocina es incansable.

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