La artista cubana e icono cultural dirige el montaje de El cascanueces, en La Habana
Miércoles 21 de diciembre de 2016, p. 3
La prima ballerina assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Alicia Alonso, cumple hoy 96 años; una vida dedicada a la danza, que le ha granjeado el reconocimiento internacional y ser considerada un icono cultural de la Revolución en ese país caribeño.
La bailarina y coreógrafa, nacida en La Habana el 21 de diciembre de 1921, continúa impartiendo clases en el BNC y tiene una activa agenda en esa agrupación. Ahora dirige el montaje de El cascanueces, cuya escenificación, el primero de enero, celebrará el aniversario 58 del triunfo de la gesta cubana.
Durante un ensayo de esa coreografía, Alonso dijo a los jóvenes bailarines que para ser un artista se nace con cualidades, pero hay que sacarles partido, desarrollarlas, darles sentido de personalidad propia. (Se puso la mano en el pecho y luego en la cabeza): No puede faltarles jamás. Recuerden que quien domina la escena no es el coreógrafo ni la música, sino el artista
, según relató el sitio del BNC.
Alonso, embajadora de buena voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reconoció el apoyo a su trabajo de Fidel Castro, líder histórico de la Revolución, recientemente fallecido. Siempre recordaré su voz, amable y cercana, preguntando por mi trabajo artístico, pidiendo detalles sobre las actividades del Ballet Nacional de Cuba, sus logros y necesidades
, dijo la artista en un comunicado difundido el pasado noviembre.
Arte que trasciende a Cuba
En reconocimiento a su trabajo, Alonso ha sido distinguida con los premios internacionales más relevantes para la danza y desde ayer se puede ver al muestra pictórica Bravo Alicia, de Jesús Lara Sotelo y Francis Fernández Trujillo (Copola), en el Museo Nacional de la Danza, en la capital cubana.
Hace unos días, cuatro parejas de artistas de la compañía dirigida por Alicia Alonso interpretaron una gala de danza en el Teatro de la Ciudad de La Paz, Baja California Sur. El montaje fue supervisado por la prima ballerina assoluta (La Jornada, 6/12/16).
Alicia Ernestina de la Caridad Martínez Hoya comenzó su aprendizaje en la danza a los nueve años. Se casó a los 15 años con Fernando Alonso, en Estados Unidos, de quien adoptó el apellido. Establecidos en Nueva York, ella ingresó a la escuela del American Ballet Theater y luego continuó su aprendizaje con Vera Vólkova, en Londres.
En 1943, en esa compañía, se convirtió en una de sus bailarinas más destacadas con su interpretación en Giselle. En el montaje sustituyó de emergencia a Alicia Markova, lo que le valió a Alonso la fama internacional con el personaje de la campesina inocente y engañada.
En los años 50 participó con los Ballets Rusos de Montecarlo como estrella invitada y fue la primera bailarina occidental en actuar en la entonces Unión Soviética, así como la primera americana en bailar con las agrupaciones del Bolshoi y el Kirov. Alonso continuó participando en giras mundiales con las compañías más importantes del orbe.
Su relevancia en el desarrollo de la danza trasciende su país. En 1948 se fundó en Cuba un ballet con su nombre, origen del actual Ballet Nacional de Cuba. La agrupación ha interpretado los clásicos de la danza en América Latina.
Alonso rechazó al gobierno de Batista y a bailar en el país mientras éste se mantuviera el poder. Así inició una gira por la Unión Soviética y llevó a Estados Unidos a bailarines de Cuba. Situación que se detuvo con su regreso tras la victoria y la instauración de un gobierno revolucionario, del que el BNC se convirtió en embajador cultural.
(Con información de Pl)