Buenos Aires.

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, destacó como símbolo del cambio de rumbo en el país la decisión de la justicia de investigar la denuncia contra su antecesora, Cristina Fernández, por el presunto encubrimiento de los iraníes acusados de un atentado contra un centro judío en 1994.

La Cámara Federal de Casación Penal decidió el jueves pasado reactivar la acusación presentada por el fallecido fiscal Alberto Nisman contra la ex jefa de Estado argentina (2007-2015), su entonces canciller, Héctor Timerman, y varios dirigentes kirchneristas por el supuesto encubrimiento de los iraníes acusados de cometer el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, en Buenos Aires, que dejó 85 muertos y cientos de heridos.

El mandatario consideró que la reapertura de la denuncia presentada contra la ex presidenta, hace casi dos años, es un gran paso para conocer la verdad. Todo lo que contribuya a que lleguemos a la verdad de lo que nos ha pasado, de lo que nos pasa y nos pasará es fundamental, expresó.

Nisman alcanzó notoriedad por tener a su cargo la causa penal del atentado contra la AMIA en 1994 y por solicitar el procesamiento del entonces jefe de gobierno de Buenos Aires y ahora presidente, Mauricio Macri, y de otros funcionarios suyos, atribuyéndoles la intención de encubrir a un grupo de sospechosos iraníes; sin embargo, el 10 de enero de 2015 el fiscal fue encontrado muerto, con un disparo en la cabeza. La causa penal de su muerte se encuentra catalogada como muerte dudosa.

En este contexto, la lideresa de la agrupación social argentina Tupac Amaru, Milagro Sala, fue condenada por un tribunal de la provincia de Jujuy a pagar una multa de unos 238 dólares y no poder integrar asociaciones civiles durante tres años y tres meses. Dictó también tres años de libertad condicional para la activista, aunque seguirá cumpliendo prisión preventiva por otros casos que la mantienen detenida desde hace casi un año.