El ex nuncio apostólico enfrentó a Marcial Maciel
Sábado 31 de diciembre de 2016, p. 31
El arzobispo español Justo Mullor García, quien como nuncio apostólico en México enfrentó al sacerdote Marcial Maciel y apoyó al obispo Raúl Vera, murió este viernes en Roma, a los 84 años.
En un breve comunicado, la Arquidiócesis Primada de México se limitó a expresar las sentidas condolencias
del cardenal Norberto Rivera Carrera y señalar que fue un eslabón importante en el establecimiento de las buenas relaciones entre este país y el Vaticano.
Mullor llegó a la nunciatura apostólica –representación del Vaticano en los países– en 1997, tras la salida de Girolamo Prigione, quien fue acusado de proteger a Maciel de las acusaciones de abuso sexual. Permaneció en el cargo hasta 2000.
Su labor eclesial y diplomática fue considera discreta, a pesar de señalar a su antecesor como el encubridor de Maciel y, posteriormente, pedir que rindiera cuentas por ello.
Apoyo a Raúl Vera
Se opuso al arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera; al cardenal Juan Sandoval Iñiguez, y a monseñor Onésino Cepeda, entre otros –quienes formaban el llamado Club de Roma–, y apoyó al obispo Raúl Vera.
Finalmente, y por la presión de ese grupo, en 2000 anunció la remoción de Vera al frente de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Organizaciones por los derechos humanos manifestaron entonces su rechazo a esa decisión y señalaron que con ello se abría la posibilidad a una escalada de guerra
en el estado. Consideraban el trabajo del religioso como la continuación del que hizo monseñor Samuel Ruiz en favor de la paz en aquella entidad.
Justo Mullor nació en Jaén, España, en 1932. Fue ordenado sacerdote a los 22 años de edad y, 25 años después, fue consagrado arzobispo por el papa Juan Pablo II.
Fue secretario de Estado de la Santa Sede y observador permanente en Naciones Unidas en Ginebra. Asimismo, fue el primer nuncio apostólico de Estonia, Lituania y Letonia. Participó en la organización de la última visita del Juan Pablo II a México y promovió la canonización de San Juan Diego.
Le tocó narcoescándalo
En los tres años en los que estuvo al frente de la nunciatura en México, a Mullor también le tocó un escándalo por narcolimosnas.
Ante el fallecimiento, el cardenal Norberto Rivera invitó a los fieles a rezar por el eterno descanso de su alma y elevar sus oraciones a Santa María de Guadalupe para que lo acoja en su maternal seno, al lado de nuestro señor Jesucristo
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