Prometió seguir en la lucha por la paz y en favor de la humanidad
Cuba no es un pueblo millonario; somos como ustedes, un país pobre, pero sí hay un concepto de la revolución muy alto, explicó el octogenario artista en ese recinto ubicado en Iztapalapa
Jueves 9 de marzo de 2017, p. 7
Tomar fotografías también es una forma de combatir. Eso dijo Ernesto Che Guevara a Perfecto Romero cuando este fotógrafo fue a buscarlo, junto con otros hombres, para unirse a la Columna 8 Ciro Redondo, comandada por el Che.
Ninguno fue aceptado porque carecían de armas y Romero pensó que correría con el mismo destino hasta que el Che se fijó en la cámara que llevaba en las manos. Desde entonces se convirtió en fotógrafo de los revolucionarios y fue nombrado corresponsal de guerra.
Todo eso lo cuenta el artista cubano en el documental Perfecto Romero: fotógrafo de la revolución, dirigido por Raymundo Reynoso, que hace unos días se proyectó en la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (Faro), como parte de un homenaje que se rindió a Romero, organizado por el taller de fotoperiodismo que imparte Jesús Villaseca, fotorreportero de La Jornada.
Hijo de campesinos muy pobres
Todo comenzó por la mañana con un recorrido por las instalaciones de ese Faro. Fue fácil localizarlo porque una cauda de fotógrafos, aprendices y profesionales caminaban detrás de él, mientras le contaban de los talleres que se imparten en el lugar: alebrijes, grabado, náhuatl.
Durante el recorrido, Romero no perdió oportunidad de tomar imágenes, una de ellas hermosa: él fotografiando a los fotógrafos que lo retrataban.
De ahí caminar bajo el sol hasta el auditorio, donde se preparó una exposición con 50 imágenes captadas por Romero durante la Revolución cubana, con la curaduría del fotógrafo Heriberto Rodríguez. Ahí están el Che con un brazo enyesado, Camilo sonriendo o revisando las armas decomisadas a los invasores enviados por Trujillo o caminando con el ahora presidente cubano Raúl Castro; la llegada de Fidel Castro después de un viaje a Estados Unidos y otra en la que ofrece su discurso durante la segunda Asamblea Nacional del Pueblo de Cuba, mejor conocido como la Segunda Declaración de La Habana.
Perfecto Romero tomó asiento en la primera fila para ver el documental, mientras decenas de jóvenes y adultos ocuparon el resto de lugares, algunos en sillas, otros donde pudieron.
Y comenzó la proyección del trabajo donde el fotógrafo cuenta su historia y también participan algunos especialistas y la ex guerrillera Mimí, quienes destacaron el valor no sólo documental, sino artístico de las imágenes captadas por Romero.
En el filme narra su vida de niño, hijo de campesinos muy pobres, que decide gastar lo que ganó en dos juegos de azar en comprar una cámara y todo lo que necesitaba para convertirse en fotógrafo. El objetivo era ganar dinero. Llegó la Revolución, los barbudos y su encuentro con el Che.
Al terminar la proyección del documental, que ya se presentó en Cuba junto con el libro del mismo nombre, pidieron a Romero subir al escenario y hacer un pase de lista a los comandantes de la Revolución: Cienfuegos, el Che, Castro, cuyas figuras de tamaño real fueron realizadas por el Colectivo Última hora. El mayor Romero prometió continuar la lucha por la paz y la humanidad.
En el programa siguió una mesa redonda en la que estuvo acompañado por Jesús Villaseca y el director del documental, Raymundo Reynoso.
La epopeya de Fidel
Perfecto Romero, quien nació el 26 de enero de 1936 en el poblado La Sierrita, dijo que el recibimiento en el Faro era algo de lo más emocionante que le había sucedido en la vida.
“No sabía que mis fotos se iban a desplegar por el mundo; eso lo he recibido con mucho amor y que se conozcan para que se conozca la Revolución: cómo fue, cómo se luchó, que lucharon por una patria, una patria libre que tuviera las condiciones que tiene. No somos un pueblo millonario; somos como ustedes, un país pobre, pero sí hay un concepto de la revolución muy alto.
La muerte de Fidel fue para el pueblo de Cuba, de México y de todo el mundo algo muy grande, porque luchó mucho por la humanidad; hay que seguir luchando por la paz. Tiene que ser una paz para vivir en paz de verdad, luchar por la vida. No soy orador, siempre he sido fotógrafo; los fotógrafos no hablamos, pero eso es lo que siento.
Amplió la narración sobre su encuentro con la fotografía: Fue por necesidad económica, porque estaba en situación muy mala; había poco trabajo, los salarios eran muy bajos, pensaba en la fotografía como algo para sobrevivir. Nunca la tuve como para dedicarme al arte. Me lancé a hacer fotos para cobrar y vivir; con el tiempo se me fue inyectando en las venas la sangre de la fotografía, se me convirtió en una cosa personal, que no podía dejar, que necesitaba hacer
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El Che, más universal
A Perfecto Romero le preguntaron ¿qué habría pasado si el Che no hubiera sido asesinado en Bolivia. “El Che ahora es más universal que nunca, donde quiera que hay una actividad política hay un cartel con él. Los hombres cuando mueren crecen, eso los imperialistas no lo pueden comprender, eso lo comprendemos los revolucionarios, pero es así; por eso guardo con mucho cariño mis fotos”.
Y se refirió a los tres personajes que lo marcaron. “Camilo era un hombre obrero de la ciudad, pero muy revolucionario y muy consciente, capaz de hacer un discurso magnífico, hermoso, sin tener la preparación que tenían los otros. El Che tenía más preparación; hace días pasaron en La Habana una entrevista que le hicieron en los años 60, responde preguntas filosas. Fidel el gran pensador, conductor de la Revolución; van a pasar muchos años para que salga otro Fidel. Hasta el último momento estuvo luchando por lo que él quería, por lo que pensaba y por la humanidad; él quería mucho a México, igual que yo”.
El documental puede adquirirse en Ediciones Pentagrama (www.pentagrama.com.mx), mientras se espera que en los próximos meses se haga un nuevo tiraje del libro.
La obra del fotógrafo cubano Perfecto Romero también se mostró en el Museo Casa de la Memoria Indómita (Regina 66, Centro Histórico).