El acceso a la atención médica es limitado para los sectores en pobreza: estudio
La mayor desigualdad, en el tratamiento de infecciones respiratorias en la infancia, señala el INSP
Lunes 13 de marzo de 2017, p. 34
Las diferencias en el acceso a los servicios de salud obstaculizan las posibilidades de superar la pobreza y de alcanzar el desarrollo sostenible. En México, una de las mayores desigualdades está en la atención de infecciones respiratorias en la infancia: es 50 por ciento más probable que niñas de niveles socioeconómicos altos sean vistas por un médico respecto de las de sectores más desfavorecidos, advierte una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
En cuanto a la vacunación, el estudio señala que si bien no hay diferencias significativas entre ricos y pobres, el principal problema es el descenso en la cobertura. Explica que en 2012 se ubicó en 67 por ciento, lo cual implica una disminución de 7.5 puntos porcentuales en comparación con 2006 y es más acentuado en las zonas urbanas.
El tema de la vacunación también fue abordado en la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres en México (ENIM) 2015, presentada recientemente, que detectó deficiencias en la cobertura y sobre todo en la aplicación de esquemas completos en los tiempos previstos en la cartilla del sistema de salud.
De acuerdo con esa investigación, que el INSP también realizó para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), apenas 40 por ciento de los niños menores de cinco años reciben las vacunas en tiempo y forma.
Este nuevo estudio sobre la heterogeneidad en el acceso a los servicios es de los primeros que se integraron al Observatorio Nacional de Inequidades en Salud en México, de la Secretaría de Salud (Ssa), cuyo propósito es recabar la información que permita modificar o reorientar los programas públicos, a fin de mejorar su eficiencia.
Los investigadores analizaron los resultados de las encuestas nacionales de salud y nutrición (Ensanut) de 2000, 2006 y 2012, con la perspectiva de la inequidad en el acceso a los servicios médicos de acuerdo con el nivel socioeconómico y si se trata de población rural o urbana o de comunidades indígenas y no indígenas.
Entre los resultados destaca que, en el ámbito de la prevención, las políticas públicas han logrado que no exista desigualdad en la vacunación, pero el panorama cambia cuando se trata del tratamiento de enfermedades, pues el acceso a los servicios es limitado para las personas en condiciones de pobreza.
El mismo fenómeno se da entre los adolescentes, pues el factor socioeconómico incide en mayor o menor disponibilidad de métodos anticonceptivos para la prevención de embarazos no deseados.
En consonancia, en 2012 era 33.4 por ciento más probable que una adolescente de menor ingreso económico se embarace respecto de aquellas que se encuentran en los niveles más altos.
Además, la investigación detectó que esta brecha creció en poco más de 50 por ciento de los años 2000 a 2012, al pasar de 20.2 a 33.4 puntos porcentuales.