Guadalajara, Jal.

Montserrat Gómez Sevilla, menor jalisciense que obtuvo permiso para usar cannabidiol contra el síndrome de Lennox-Gastaut (variante de epilepsia infantil de difícil manejo, que aparece entre los dos y seis años de vida, que se caracteriza por convulsiones frecuentes y diversas) está a punto de quedarse sin medicamento, debido a que para importarlo debe reiniciar un largo trámite en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), informó su mamá, Érika Sevilla Martínez.

Apremió a las autoridades legislativas y sanitarias del país a terminar con las restricciones para el manejo terapéutico de los derivados de la mariguana, en especial del cannabidiol (extracto no sicoactivo de la planta), ante las evidencias notables y comprobadas de mejora en la salud de las personas que los usan.

Afirmó que su hija Montserrat, de siete años, ha mejorado hasta en 70 por ciento sus ataques epilépticos. Incluso, dijo, desde que en enero pasado comenzó a suministrarle cannabidiol, tras el fracaso de haber usado tratamientos médicos convencionales, hay días que no tiene ninguna convulsión.

Integrantes de la Asamblea de Fumadores de Mariguana se manifestaron este martes afuera del Senado para exigir su legalización con fines lúdicos y medicinalesFoto José Antonio López

Queremos apoyo del gobierno; que nos reciba, que se muestre interesado en esta situación que no es sólo de nosotros, sino de muchas familias. Si es posible, que brinde ayuda directa y subsidie hasta cierto porcentaje los tratamientos, y si no, que permita su comercialización en México para que se abaraten costos, solicitó.

Familias desesperadas

Recordó que la petición para el uso de la sustancia fue hecha desde el año pasado, pero los factores políticos han influido para estancar la legalización del uso terapéutico de la mariguana, ante la desesperación de las familias que ven a sus hijos enfermos sufrir todos los días.

Si el gobierno tiene dudas, que investigue, que vea lo que pasa con quienes ya tenemos el tratamiento. Nos ponen en mucho riesgo, hay papás que se van a la frontera a conseguirlo sin receta y sin saber la dosis, y muchos incluso lo traen con THC (la sustancia que sí es sicoactiva de la planta) por desconocimiento y falta de un protocolo médico, alertó.