Viernes 17 de marzo de 2017, p. 4
Los Ángeles.
La mañana de un martes del pasado febrero, Steve Meadows salió de su casa en Venice, California; llevaba consigo un material con una historia extraordinaria.
Seguido por los realizadores de un documental y con la ayuda de un amigo, este arquitecto de 66 años, actor, inventor y aficionado al arte, montó en su camioneta dos pinturas que podrían volverse muy preciadas y que intrigan al mundo del arte internacional. Luego condujo hasta una empresa de envíos en el centro de Los Ángeles.
Tras larga espera, ambas obras –dos naturalezas muertas en papel y lienzo– serán recibidas por el Museo Van Gogh en Ámsterdam, donde las analizarán para determinar si salieron del pincel del maestro holandés.
Su autentificación conmocionaría al mundo del arte y multiplicaría astronómicamente su valor: el lienzo, de 52 por 68 centímetros, sería el segundo Van Gogh identificado desde 1928.
Cruzada por autentificación
El récord de venta de un cuadro de Vincent van Gogh (1853-1890), quien murió en la miseria, lo tiene Retrato del doctor Gachet (1890), vendido a más de 82 millones de dólares en 1990. Me siento aliviado de mandarlos al museo
, dijo Meadows. Yo solo quiero la verdad
.
Las pinturas están en proceso de evaluación. Una podría ser un estudio preliminar hecho por el pintor holandés a su Vaso japonés con rosas y anémona, actualmente exhibido en el Museo de Orsay de París. La otra podría tratarse de una naturaleza muerta original del artista, un Abanico japonés.
La evaluación de los expertos en Ámsterdam marca un nuevo giro en la dramática historia de una colección de obras de arte disputada desde hace décadas. Ambas pinturas pertenecieron al polémico holandés Jelle De Boer, quien acumuló a mediados del siglo XX cientos de piezas nunca autentificadas que él afirmaba eran de Van Gogh. Las autoridades suizas confiscaron muchas de ellas en 1967 por sospecha de falsificación. Y han sido objeto de batallas legales durante décadas.
De Boer murió en 1970 y sus herederos vendieron los derechos de su colección de arte a inversionistas belgas y holandeses en 1992. Una década después se pudo finalmente reunir todo el acervo.
Steve Meadows adquirió sus dos pinturas, según su abogado, Donald Burris, e inmediatamente comenzó la puntillosa tarea de autentificarlas. Gastó cientos de miles de dólares en diversos análisis de paletas y de hilos del lienzo, recurriendo en particular a imágenes infrarrojas y rayos X de alta resolución.
Los resultados fueron positivos: las dos paletas son consistentes con la de Van Gogh.
Uno de los cuadros corresponde, por su tamaño y composición, con otro Van Gogh pintado en torno a 1890.
El segundo, el Abanico japonés, comparte características con dos obras del artista que datan de su periodo parisino, a finales de los años 80 del siglo XIX, justo antes de su muerte, y con dos obras de Edouard Manet.
Van Gogh es conocido por haber hecho muchos duplicados precisos de sus pinturas usando distintos colores.
El Abanico japonés tiene características similares con las pinturas de su periodo en París, así como del trabajo de Edouard Manet a principios de la década de 1880.
Las evaluaciones con escáner mostraron que habían sido dibujados, en posición horizontal, encima de una imagen floral anterior pintada en vertical. Van Gogh regularmente pintaba sobre otras obras, según algunos historiadores.
Espera de resultados
Alentado por la evidencia encontrada, Steve Meadows contrató a Burris, abogado conocido por actuar en el famoso caso de 2004 en la Corte Suprema para recuperar obras robadas por los nazis a familias judías.
En julio de 2015 enviaron los papeles al Museo Van Gogh, la máxima autoridad en la materia, que dos meses después respondió que recibiría las obras a principios de 2017.
Todo apunta a que son trabajos de Van Gogh
, dijo Donald Burris. Estamos agradecidos con el museo por aceptar revisar las obras. Sabemos que no asumieron ningún compromiso sobre el resultado, pero tenemos esperanzas
.
David Brooks, especialista en Van Gogh que reside en Toronto, dijo que quedaría sorprendido si se confirma su autenticidad, dada la reputación de la colección de De Boer. Pero no lo descarta. Haber pasado la puerta del departamento de investigación del Museo Van Gogh es alentador
, indicó.
El optimismo de Meadows viene de la experiencia del abogado y coleccionista de arte Andrew Brainerd, quien compró cuatro pinturas de De Boer en 1966. Después de décadas de esfuerzos, convenció a algunos expertos de que uno era un estudio auténtico de Manet de 1859.
Pueden pasar meses, incluso años, antes de que se llegue a un veredicto. El museo puede confirmar o negar la autenticidad, o determinarla inconclusa.
Mientras, al artista californiano sólo le resta esperar en su casa en Venice, que compró al músico Eric Clapton, para saber si es dueño de dos obras invaluables o si se embarcó en una costosa y fallida aventura.