La práctica promueve la autosuficiencia y el uso racional
Jueves 23 de marzo de 2017, p. 39
En México se vive una paradoja, pues en estados donde llueve en cantidades altas, que van desde 800 a mil 200 milímetros en la temporada, las pequeñas y medianas comunidades carecen de este recurso, señaló el investigador y académico del Colegio de Postgraduados, Manuel Anaya Garduño.
En el Día Mundial del Agua citó que esta situación ocurre en los estados de México, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Oaxaca e Hidalgo, y subrayó que en todas esas entidades hay potencial muy alto para captar la lluvia y proveer del líquido, sobre todo a gente de escasos recursos.
Destacó que México es de los pocos países en el mundo interesados en la investigación y capacitación de técnicos especialistas en aprovechamiento de agua de lluvia e informó que más de mil especialistas en la materia han recibido esta preparación.
No obstante, advirtió que hacen falta muchos más expertos para abatir el rezago en el servicio de agua potable, del cual carecen más de 90 millones de personas en países de América Latina. De ellos 15 millones corresponden a México. En total, 4 millones de hogares en nuestro país no reciben agua entubada
, señaló Anaya.
Frente a este reto, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estableció acciones de coordinación con esta institución académica y juntas promueven la capacitación y desarrollo de proyectos viables con fines de obtener agua potable y para consumo agrícola y pecuario en pequeña escala en México y 10 naciones de América Latina.
Las condiciones geográficas y orográficas que caracterizan a este subcontinente generan que la mayor parte del agua de lluvia que ocurre cíclicamente se pierda por la falta de obras, lo que propicia que este caudal se descargue en el mar.
Ante ello, la FAO está interesada en capacitar a más técnicos para intensificar el estudio de sistemas de captación y proponer a los respectivos gobiernos crear la infraestructura para resolver la carencia del líquido.
El potencial de agua de lluvia en el territorio mexicano es de un promedio de 714 milímetros anuales. La mayor parte de este potencial escurre por medio de ríos y arroyos para incorporarse al mar.
La captación del agua de lluvia es una práctica que promueve la autosuficiencia y el uso racional de este recurso básico para diversos usos.
Consideró que es imprescindible dar atención a las prioridades de las comunidades rurales en cuanto a la autosuficiencia de agua para consumo humano, producción de alimentos (granos básicos, forraje, hortalizas y frutales) y mejoramiento del entorno ecológico.
Los técnicos que participan en la capacitación, son investigadores del Colegio de Postgraduados, encabezados por el doctor Anaya Garduño.