La decisión del gobierno mexicano de firmar una declaración conjunta con otras 13 naciones del continente, incluido Estados Unidos, en la que se llama al gobierno de Venezuela a realizar comicios y liberar a presos políticos, causó reacciones encontradas en el Senado.

Dolores Padierna, del PRD, indicó que el gobierno federal no debe entrar al juego de las oligarquías y las ultraderechas contra la nación sudamericana.

Me extraña sobremanera esa declaración, porque Venezuela es un país hermano y debemos respetar sus decisiones, recalcó. Dijo que el próximo día 27 se reunirá con el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y le pedirá que se modifique la postura del gobierno mexicano, con base en los principios constitucionales de no intervención en asuntos internos de otras naciones.

Rocío Pineda Gochi, del PRI, consideró acertada la decisión de la cancillería, ya que lo principal, sostuvo, es el bienestar de los venezolanos. Agregó que es de todos conocida la crisis humana que se vive en Venezuela.

Sostuvo que contra la dictadura el único remedio son las elecciones, uno de los puntos incluidos en la carta emitida por la cancillería.

A suvez, la panista Mariana Gómez del Campo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, aplaudió que el gobierno de Enrique Peña Nieto haya atendido el reclamo que Acción Nacional ha venido formulando, a fin de que los derechos humanos sean respetados no sólo en México, sino en toda América Latina.

Agregó que si el gobierno de Nicolás Maduro no cumple con los compromisos adquiridos en la Carta Democrática Interamericana nada tiene que hacer como miembro de la OEA y debe ser expulsado.