El libro Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez (1928-2014), cuya publicación hace medio siglo se celebra este 2017, cobró vida en las voces de los actores Ignacio López Tarso y Juan Ignacio Aranda –hijo del primero–, dentro del programa Leo… luego existo, en una sesión ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Ante la gran afluencia de público de todas las edades, también fueron habilitadas las salas Internacional y Adamo Boari para presenciar la lectura a través de un circuito cerrado de televisión. En total acudieron 470 personas.

Egresado de la primera generación de la Escuela de Arte Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), López Tarso (1925) fue recibido por la concurrencia con un gran aplauso de pie.

Después de tomar asiento, el experimentado actor rompió el hielo al cuestionar la colocación del micrófono: Debía haberme medido todo esto antes, ¿verdad? Pero, no, siempre llega uno a la hora de la hora y en este momento vamos a acomodar todo este tilichero. Perfecto, pero aquí me da una sombra muy grande. Ah, perfecto. ¿Podemos empezar?

Ambos actores realizaron en seguida una lectura de tres momentos de Cien años de soledad que exponen una parte de su enigmática belleza: El hielo, Remedios la bella y La ciudad de los espejos. La selección y adaptación de los textos corrió a cargo de Arturo Rosales Ayala. A continuación, López Tarso y Aranda entablaron un emotivo intercambio histriónico.

Entrevistado al final del acto, el inolvidable Macario del cine nacional se refirió a Cien años de soledad como lo mejor de García Márquez, que ha leído muchas veces, aunque también le gusta El coronel no tiene quien le escriba.

El primer actor es egresado de la primera generación de la Escuela de Arte Teatro del INBAFoto María Luisa Severiano

López Tarso conoció al escritor colombiano, avecinado en México, en la filmación de El gallo de oro (1964), película basada en una novela corta de Juan Rulfo, adaptada al cine por García Márquez, Carlos Fuentes y Roberto Gavaldón.

Gallos y palenques

El primer actor se refirió a su amigo como “gallero, gallero, gallero. Gozaba las peleas de gallos. En casi todas sus obras hay un gallo. Gabriel estuvo las ocho semanas de la filmación de El gallo de oro, entonces convivimos. Anduvimos juntos en los palenques, mientras filmaba con Lucha Villa y Narciso Busquets en una de las haciendas de Querétaro y en la feria de San Juan del Río”.

Aclaró que el premio Nobel de Literatura no iba por mí, sino por Lucha Villa, quien estaba en su mejor momento; Gabriel platicaba mucho con ella. Su amistad siguió más allá de la filmación, a veces cenaban juntos con amigos en el restaurante Au Pied de Cochon.

Para López Tarso, cada momento de la lectura en voz alta “tiene su ritmo aparte, su historia y humor diferente. Así es toda la literatura de Gabo, como le decían, llena de momentos extraordinarios”. Sin embargo, en la actualidad, el primer actor se dedica más bien a leer sus libretos.

Al término del acto, López Tarso entregó, de parte del INBA y del programa Leo… luego éxito, un reconocimiento a Luz Ofelia Ávila Ávila, profesora de filosofía del Cecyt 11 Wilfrido Massieu, y sus alumnos, por su asistencia a la lectura.