La atención sicológica que reciben las víctimas de abuso sexual en los centros de apoyo institucionales para lograr que se recuperen y se reintegren a la sociedad no es la correcta. Especialistas señalan que en la mayoría de los casos el personal no está capacitado y la falta de recursos limita el tratamiento de cada persona, lo que conlleva a que no logren incorporarse a su vida, pues principalmente sufren de depresión.

Laura Martínez, directora de Adivac, organización civil que brinda atención a personas que han vivido algún tipo de violencia sexual, señaló en entrevista que, por ejemplo, en los centros de terapia de apoyo de la Procuraduría General de Justicia, adonde se canalizan a las personas que acuden a denunciar abusos sexuales, las terapias que se les ofrecen son limitadas, pues sólo llegan a 12 sesiones. A veces son cada 15 o 30 días y no forzosamente es la misma sicóloga quien las atiende.

Sin continuidad

Refirió que un adecuado seguimiento de recuperación requiere al menos seis meses o un año de terapia. Indicó además que al no haber una continuidad en estos centros, se confunde a los pacientes en primer lugar porque consideran que si no hay espacio es porque su problema no es importante y después no saben qué es lo que va a pasar en la sesión con una sicóloga diferente, si deben repetir lo que les sucedió. Señaló que esto se debe a que no hay un modelo de intervención claro y estructurado.

Martínez dijo que el gobierno mexicano no gestiona recursos para alcanzar una recuperación completa. Es muy alto el costo de dar atención a largo o mediano plazo a personas que han sufrido violencia sexual.

Mencionó que la preparación de las sicólogas debe ser específica. Tiene que ser un abordaje sistematizado que requiere diferentes técnicas donde la confianza y sensibilidad son factores relevantes.

En este sentido, Zoraida Meléndez Zermeño, responsable del área sicoterapéutica del programa de sexualidad humana de la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que existe un vacío en cuanto a la atención que se tiene que brindar a las personas víctimas de violación. Señaló que deben hablar de lo que les sucedió y la terapia hay que dirigirla a reparar las secuelas que la experiencia les dejó para recuperar el control de su cuerpo, de su vida y de sus emociones.

Indicó que también la familia requiere atención, pues en muchas ocasiones hay prejuicios y estigmatizaciones sobre lo sucedido. Señaló que principalmente las personas tienen sentimientos de culpa, a nivel social sienten desconfianza, entran en patrones de aislamiento y de miedo.

Laura Martínez agregó que las consecuencias de no recibir atención sicológica varían de acuerdo con la persona, pero principalmente sufren depresión, lo que las lleva a permanecer en casa, algunas se quedan con mucho enojo, no se relacionan. Les cambia su proyecto de vida.