n primer acercamiento a las circunstancias políticas de las tres entidades donde este junio se elegirá gobernador muestra al Partido Revolucionario Institucional empecinado en mantenerse en el poder en el estado de México y en Coahuila; a Acción Nacional con buenas posibilidades de quedarse en Nayarit con la silla de gobierno, y a Morena centrada en su crecimiento y eventual triunfo en el estado de México.

Alfredo del Mazo Maza, emblema del priísmo más reprobable y miembro de las familias que se han repartido el poder en la entidad donde nació Enrique Peña Nieto, trata de suplir el descrédito de su partido, y de las facciones a las que pertenece, justamente con la aplicación de las peores fórmulas de manipulación y adulteración electorales, con una evidente operación de Estado y un proceso escandaloso de temprana compra de votos. La oposición más vigorosa a ese priísmo proviene del partido Morena y su candidata, Delfina Gómez, figura regional, perteneciente al grupo caciquil de Texcoco que encabeza Higinio Martínez, potenciada personalmente por Andrés Manuel López Obrador. Ante el desgaste del priísmo tradicional, la profesora Gómez se ha convertido en una opción en crecimiento que tiene posibilidades reales de triunfo. La panista Josefina Vázquez Mota, por su parte, se está especializando en hacer campañas electorales a cuyo final sus siglas resultan derrotadas, pero no ella en lo personal.

En Coahuila todo apunta, de arranque, para que el priísmo siga en el poder. El gobierno de Rubén Moreira está volcado (al estilo del estado de México: recursos públicos, compra del voto, control mediático, etcétera) en favor del candidato a la sucesión, Miguel Ángel Riquelme, quien fue presidente municipal de Torreón. El único ingrediente discordante para el partido de tres colores ha sido la anunciada irrupción de Humberto Moreira, confrontado con su hermano Rubén y ahora aspirante a una diputación local por una organización de reciente creación, el Partido Joven. Por Acción Nacional repite como aspirante el compadre de Felipe Calderón, Guillermo Anaya, colocado en medio de las pugnas blanquiazules por la postulación presidencial, de tal manera que los grupos del dirigente nacional, Ricardo Anaya (sin relación familiar con el coahuilense), y de Rafael Moreno Valle, celebrarían la derrota del representante en Coahuila del felipe-margarismo. Morena solamente aspira a tener una buena recolección de votos que se perfilen hacia la elección presidencial, con un candidato sin mayor posibilidad de triunfo, el empresario Armando Guadiana.

El extraño golpe estadunidense contra Édgar Veytia, quien era fiscal general de Nayarit, abre la puerta al empresario Antonio Echevarría, candidato a gobernador por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y de la Revolución Socialista. El poder económico, las relaciones sociales de Echevarría y la detención del fiscal del gobierno priísta de Roberto Sandoval parecen factores suficientes para que la propuesta original de Acción Nacional sea triunfadora. Morena presenta al médico Miguel Ángel Navarro Quintero, quien fue priísta hasta 2005.

El Partido de la Revolución Democrática no tiene ninguna opción que pareciera encaminada a triunfar. En Nayarit va de acompañamiento del PAN y en el estado de México propuso un candidato que, en todo caso, podría declinar más adelante en favor de otro partido. En Veracruz habrá elección de presidencias municipales, sobre lo cual se escribirá aquí en otra entrega.

Al priísta que preside el municipio de Hermosillo, Sonora, le apodan Maloro. Se llama Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez y el sobrenombre lo heredó de su abuelo. El cabildo que preside decidió este fin de semana cambiar el nombre del bulevar De los Ganaderos, el Periférico Oriente y las calles 18 de Marzo y De las Vírgenes, en la capital del estado. En cuanto el acuerdo se publique en el Diario Oficial de Sonora, ese circuito vial se denominará Manlio Fabio Beltrones, en homenaje al ex gobernador del estado, legislador federal tan frecuente como influyente, y destacado priísta que entre sus múltiples logros tiene el de haber conseguido que Claudia Pavlovich sea la actual gobernadora (siempre agradecida) de la entidad.

La nomenclatura urbana recompuesta para el pago de padrinazgos políticos fue aprobada por ocho regidores del PRI, dos de Nueva Alianza, dos del Partido Verde, un independiente y un representante étnico, contra cuatro del PAN, dos de Movimiento Ciudadano y uno de Morena. A la par de ese reconocimiento impulsado desde las cúpulas, en la planicie ciudadana resaltan y critican los factores controvertidos que han acompañado a Beltrones en su carrera política, con un rechazo abierto a la utilización de espacios públicos para muy discutibles homenajes.

La ahijada política de Beltrones, la gobernadora Pavlovich (en cuya ruta sucesoria ya está apuntada desde ahora la hija del sonorense, Sylvana), ha permitido que en protestas sociales haya excesos por parte de policías estatales y municipales. Así sucedió el viernes, en el comisariado Miguel Alemán, perteneciente al municipio de Hermosillo, donde una carretera fue desalojada luego de siete horas de obstrucción, debido a la inconformidad de transportistas públicos a quienes habían suspendido concesiones a partir de protestas de estudiantes por el pésimo servicio que ofrecen.

Más allá de los motivos del conflicto, la policía estatal arremetió contra pobladores en general y hubo estudiantes detenidos. Un policía apuntó con una escopeta de balas de goma a socorristas de la Cruz Roja, a padres con menores de edad y a ciudadanos ajenos al conflicto. Ese agente fue suspendido y la gobernadora se dijo molesta por lo que sucedió. Pero Pavlovich ha permitido ya en otras ocasiones ese mismo tipo de excesos policiacos contra las protestas públicas. ¡Hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx