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Funcionarios y erario al servicio del capital privado

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a Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) suspendió, por orden de un juez, el trámite de la manifestación de impacto ambiental presentada por la empresa Urbanización y Riego de Baja California SA y la Comisión Estatal del Agua para obtener el permiso de construcción del acueducto Ejido Villa Hermosa-Mexicali, que abastecería a la cervecera Constellation Brands, que se está instalando en la capital del estado.

‘‘Situación actual: suspendido por ejecutoria de sentencia de amparo”, informa la Semarnat cuando se consulta en su página electrónica el estatus del trámite que están haciendo el gobierno de Baja California y la empresa que ganó la licitación del acueducto. Así, el panorama para el municipio de Mexicali se complica aún más.

Por un lado está una empresa que ya invirtió más de 500 millones de pesos en la construcción de una planta para producir cerveza –que generará 200 empleos fijos–; por el otro, cientos de ciudadanos de Mexicali que están en pie de guerra contra su instalación porque consumirá millones de litros de agua que, según ellos, podría usarse para otra cosa, y por el entramado de corrupción que ha puesto al descubierto este caso.

Cuando menos dos colaboradores del alcalde Gustavo Sánchez han sido señalados públicamente (con documentos) por conflicto de intereses, pues como empleados de Constellation Brands hicieron varias gestiones ante el ayuntamiento, las cuales ahora avalan como funcionarios. Sergio Montes Montoya y Luis Alfonso Vizcarra trabajaron para la trasnacional y ahora despachan en el municipio.

El alcalde y el gobernador han dicho que todo ciudadano tiene derecho a trabajar donde guste, y es cierto. El problema es que los funcionarios públicos deben cumplir con normas y una ética propias del servicio público. Si a eso se suma que el gobierno del estado está dispuesto a usar 500 millones de pesos de participaciones federales –que se supone son limitadas– para construir el acueducto de 47.5 kilómetros (desde el ejido Villa Hermosa hasta la salida a San Felipe) a fin de llevar agua a la empresa, el tufo de tráfico de influencias es más fétido que el que se respira cuando uno va llegando a Mexicali y pasa frente a la procesadora y empacadora de la empresa SuKarne.