El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, sostuvo en el Senado que México está bien preparado financiera y económicamente para entrar al 2018, año que desde un punto de vista de la democracia es muy relevante. Al comparecer ante la Comisión de Hacienda, destacó que será a finales de 2018 cuando la inflación se vuelva a ubicar en 3 por ciento, debido a la burbuja inflacionaria que se ha registrado por el gasolinazo y el aumento del tipo de cambio.

En conferencia de prensa se le preguntó si las finanzas públicas están preparadas para un cambio de régimen que regrese a los programas populistas o subsidios, a lo cual respondió: “Sin hacer alusión a este último adjetivo, lo que diría es que el país va a enfrentar presiones económicas de manera inexorable, porque hay ciertos componentes de gasto que van a ir creciendo y que son ineludibles: salud, educación y seguridad.

La realidad es que el mantener finanzas públicas sanas va a ser un trabajo ineludible para cualquier gobierno en adelante, es un punto que se va a tener que tomar muy en cuenta, es decir, México no es un país que tenga mucho espacio para expansiones fiscales, simplemente porque tenemos una base tributaria baja y eso no da mucho lugar para aumentos desproporcionados en el gasto.

Al iniciar su comparecencia ante senadores, Carstens dijo que la inflación general se encuentra actualmente en 5.29 por ciento, con cifras a la primera quincena de marzo, por la depreciación del peso, a partir de octubre, y por el gasolinazo a partir de enero de este año, luego de una inflación consecutiva durante 17 meses por debajo de 3 por ciento.

Este choque sobre los precios, aseguró, será temporal, por su naturaleza y por las medidas preventivas que ha tomado el Banco de México para enfrentarlo, desde diciembre de 2015 el Banxico consideró oportuno iniciar el proceso de ajuste de las tasas de interés.

Carstens destacó ante senadores que los modelos del Banco de México reproducen lo que ve el mercado, que se espera una burbuja inflacionaria todo 2017 y hacia finales del año se inicie un descenso hacia 4 por ciento, pero será hasta finales de 2018 cuando la inflación regrese al objetivo de 3 por ciento.

Detalló con gráficas las expectativas de la inflación anual, y ahí refirió que de que a partir de mayo de este año habría un repunte que alcanzaría su pico más alto en el mes de agosto para ubicarse en 5.8 por ciento y empezaría a disminuir a partir de enero de 2018. Se trata, dijo, de una burbuja inflacionaria.

El funcionario apuntó que debido al alza en las tasas de interés han ingresado flujos de capitales extranjeros no sólo a México, sino también a economías emergentes.

Sobre el crecimiento económico, señaló que aunque año con año ha sido más bajo, también lo ha sido de manera constante, y van ya 30 trimestres desde 2009 con crecimiento positivo, a excepción de uno, algo que quizá solo otras cinco economías del mundo pueden registrar.

En lo que fue su última comparecencia en el Senado, ya que a finales de noviembre dejará el BdeM, Carstens sostuvo que la política monetaria funcionó tras la elección de Donald Trump y, junto con las gestiones del gobierno para construir una relación bilateral fructífera y de desarrollo con Estados Unidos, se ha evitado una depreciación sostenida que hubiera tenido un gran costo sobre la economía mexicana.

Insistió en que el consumo interno sigue siendo el principal motor de la economía y que la inversión pública se encuentra en mínimos históricos que pegan al crecimiento a mediano plazo.

Del efecto Trump en la economía, dijo que hay que seguir dándole tiempo y espacio al diálogo. Ha sido sumamente valioso que hayamos entrado en un periodo de diálogo institucional por conducto de las vías institucionales para ir forjando un acuerdo bilateral que sea beneficioso para ambos.