Caleidoscopio, exposición de Rubén Rosas, se puede visitar en el Salón dès Aztecas
Rompe con su figuración expresionista para huir de una realidad apesadumbrada
, sostiene
Martes 11 de abril de 2017, p. 8
Una ruptura ha ocurrido en la obra del pintor Rubén Rosas (Ciudad de México, 1958) si se contrasta lo que actualmente exhibe en el Salón dès Aztecas de la colonia San Pedro de los Pinos, con lo que expuso allí hace dos años.
La figuración expresionista del artista da paso a una obra más abstracta que lleva por título Caleidoscopio.
Son mariposarios
, contesta Rosas cuando se le pregunta por las 14 telas, de unos 50 por 150 centímetros, sin bastidor, pintados en acrílico. En efecto, los lienzos están poblados por esos llamativos insectos, aunque no dibujados sino reproducidos por fragmentos de vidrio. También utiliza el círculo de una copa de vino blanco para destacar ciertos detalles.
Respecto de su relación con los lepidópteros, el pintor explica en entrevista con La Jornada que alguna vez viajó a un santuario de la mariposa monarca, donde pudo ver su vuelo, algo que le interesó al igual que la noción de multitud. Tuvieron que pasar siete años para que sus inquietudes adquirieran forma. “Un día –prosigue Rosas– encontré un fragmento de vidrio en el monte donde vivo, en Milpa Alta. Era como un triángulo y me dio la idea de que parecía una mariposa. Lo levanté y empecé a usarlo de plantilla. Hice unos dibujos que me gustaron, porque daban la sensación de movimiento al repetir ese modelo de manera constante”.
Telas sobre el piso
Hace unos nueve meses, al comenzar a pintar mariposas, sin imitarlas, Rosas se dio cuenta de que si uno invierte el vidrio a modo de espejo, se forma la idea del insecto. Luego cayó en la cuenta de que esa forma de trabajar está presente en los dibujos cuando se pone una mancha, después dobla la hoja de papel y se abre; sin embargo, se ha quedado entintado del otro lado. Así funcionan mis cristales, son como las manchas que, al doblarlas en espejo, se forma una mariposa perfecta
, explica.
Ahora en vez de trabajar sobre la pared, coloca sus telas en el piso, situación que le permite estar dentro del lienzo
y eso es otra idea de la pintura
.
Ahora, detalla: Empiezo a dibujar, luego relleno el contorno, aunque algunas veces mancho primero la tela
. En su deseo de hacer algo diferente retiró el bastidor y, por tanto, la manera frontal de pintar sobre una pared. Estar en el piso me da oportunidad de no saber qué va a pasar. Es decir, hay algo de azaroso en mi pintura
.
Al igual que hace con los vidrios, dobla sus telas de manera que los dos lados quedan entintados por igual. El empleo de la figura de las mariposas le sirve para quitar
esa simetría de la pintura y del color.
Rosas, egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, lleva 35 años de pintar y asegura que le costó mucho llegar a su obra actual. Tuve que deshacerme de otras cosas que he aprendido, porque en realidad aquí debí desaprender para volver a empezar; que surgieran nuevas imágenes
.
Son cuadros meditativos, a veces místicos, continúa. Es algo que en este momento me interesa, pues siento que cuando las personas las ven, se cambia algo en su espiritualidad. Trato de generar pensamientos, no sé cuáles. Son cuadros para verse nada más. No hablan de problemas del país. De alguna manera los hago por una huida de esta realidad tan apesadumbrada y terrible. Es una forma de escaparme
, concluye.
El Salón dès Aztecas se ubica en Calle 13, número 58, colonia San Pedro de los Pinos. Allí se exponen 14 cuadros que se pueden apreciar de 10 a 14 horas.