Buscan que sus propuestas sean incorporadas a la reforma que se debate en el Congreso
La educación en crisisestudiantes chilenos se manifestaron ayer en el centro de Santiago para exigir que sus propuestas sean consideradas en la reforma educativa de la presidenta Michelle BacheletFoto Xinhua
Miércoles 12 de abril de 2017, p. 24
Santiago.
Decenas de miles de estudiantes volvieron a manifestarse este martes en Chile para exigir que sus propuestas sean consideradas en la reforma de ley educativa que formuló el gobierno de la presidenta socialista Michelle Bachelet.
La Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) calculó en 90 mil los asistentes a la marcha, mientras la policía dijo que fueron 35 mil, además de reportar 30 detenidos y seis uniformados heridos.
Los manifestantes se movilizaron con el lema La educación en crisis
por la principal avenida de la capital chilena, en una marcha que concluyó con incidentes menores y en los que la policía utilizó gas lacrimógeno y chorros de agua.
Protestas similares se organizaron en el puerto de Valparaíso y en Concepción, en el sur del país.
Los jóvenes exigen al gobierno que atienda sus propuestas y que la reforma que comienza a analizarse este martes en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, integrada por 13 legisladores, no se vote de manera apresurada.
Queremos un proyecto congruente, que se ocupe de la crisis en la educación superior, porque la reforma actual no lo hace
, señaló Daniel Andrade, presidente de la Federación de Estudiantes de la estatal Universidad de Chile.
La reforma educativa del gobierno incluye, entre otros puntos, garantizar la calidad de todas las instituciones, asegurar la equidad e inclusión del sistema, fortalecer la educación superior estatal y sentar las bases de un sistema técnico profesional de alto estándar.
Las manifestaciones estudiantiles por las reformas ocurren desde 2011, cuando los jóvenes comenzaron a exigir una educación pública de calidad, gratuita y sin fines de lucro, asuntos que, aseguran, no se han materializado hasta ahora.
Los estudiantes acusan al gobierno de Bachelet de ignorar sus opiniones y legislar –tiene mayoría en ambas cámaras– a espaldas a los movimientos sociales, claves para dar impulso a la reforma de un sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Ese sistema facilitó la creación de universidades privadas y desmanteló la educación pública en todos los niveles.
Para adelantar los beneficios de esta nueva ley, en 2016 Bachelet optó por establecer mediante la ley de presupuesto general de la nación la gratuidad universitaria para decenas de miles de estudiantes chilenos, los primeros en estudiar sin costo en décadas.
Este año repitió la fórmula, en beneficio de unos 200 mil alumnos, aunque ahora debe asegurar una ley que garantice el beneficio de manera definitiva.
Debido a que la elección presidencial está a las puertas, el movimiento estudiantil apretó el acelerador para concretar su exigencia de lograr una educación pública, gratuita y de calidad.
De cara a esos comicios, el ex presidente derechista Sebastián Piñera (2010-2014), cuyo primer mandato vivió el renacer del movimiento estudiantil, encabeza los sondeos con alrededor de 25 por ciento de las preferencias. Al confirmar su camino a la relección, Piñera –a quien el movimiento estudiantil reprocha su afirmación de que la educación es un bien de mercado
– aseguró que no es partidario de la gratuidad universal, y que optaría por un sistema de becas y créditos, en caso de volver al Palacio de La Moneda.