Max tiene siete años, cursa segundo grado de primaria y es uno de los cientos de niños y adolescentes que estas vacaciones decidieron que la mejor formar de pasar el tiempo libre es con un libro.

Como Frida, de 10 años, convenció a sus padres de ir al decimoprimer Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional –11 al 18 de abril–, donde espera encontrar alguna historia que nos explique el mundo.

Pero no todos han optado por los libros: Luis y Sabina, de 12 y 11 años, respectivamente, han preferido los centros comerciales y uno que otro museo, porque en este periodo de asueto, en el que poco más de 25 millones de niños y adolescentes suspendieron sus actividades escolares en todo el país, no siempre hay recursos para salir de la ciudad, señala Mariana, su madre.

Para muchos de quienes las vacaciones de Semana Santa no traen sol y playa, los parques, jardines y hasta los camellones son espacios para jugar y buscar alguna actividad lúdica. En las principales avenidas de la Ciudad de México, y en puntos emblemáticos, como el Bosque de Chapultepec, cientos de familias disfrutaron ayer de exposiciones al aire libre, talleres y venta de libros.

Atraídos por el gusto por los libros, niños y adolescentes aseguraron que leer puede ser divertido si encuentras una historia que te atrape y te haga sentir que estás ahí. Y para sus padres también puede ser una aventura.

Venimos al remate de libros porque nuestra hija insistió; la verdad yo no leo mucho, pero a ella desde que era niña le ha gustado, y ahora soy yo quien le dice qué historia sigue, afirma la madre de Frida.

A pocos metros, Constanza, de ocho años, recorre junto a su madre las instalaciones del Auditorio Nacional en búsqueda de La venganza de la mano amarilla, de Alfonso Orejel. No logró encontrar el texto, pero asegura que estas vacaciones seguiré leyendo, porque es lo que más me gusta; aunque no pueda salir de la ciudad, afirma, serán divertidas.

Cientos de niños acuden también a los parques y plazas públicas acompañados por sus familias para disfrutar los días de asueto, que concluirán el 24 de abril, cuando alumnos y docentes de prescolar, primaria y secundaria retomarán sus actividades en más de 220 mil escuelas públicas y privadas.

Otro de los espacios favoritos en estas vacaciones son los centros comerciales. José y Lupita, abuelos de Victoria, de 12 años, y Valentina de seis, recorrieron más de una vez una conocida plaza comercial del norte de la capital a fin de entretener a las nietas. Sus papás siguen en el trabajo y no hay quien los cuide, así que decidimos venir a pasar la tarde. Aseguran que en casa no hay muchos recursos para viajar a otra ciudad ni ir de compras, pero preferimos que salgan un poco a que sólo estén viendo televisión o ensimismados con sus tabletas electrónicas, afirman los abuelos, quienes reconocen que ya se fueron aquellos tiempos en que vacaciones significaba verse con la pandilla de la cuadra o ir al parque a jugar en patines.

Señalaron que la inseguridad, las largas jornadas laborales que deben cubrir sus padres y que muchos niños y adolescentes residen lejos de las casas de abuelos y familiares han hecho que cada vez sea más difícil que los días de asueto sean para tener un tiempo en familia; quizá sólo este fin de semana, pero ahora se trabaja en todo momento, nunca se sabe, afirma Lupita, maestra de prescolar con más de tres décadas de experiencia.