Domingo 16 de abril de 2017, p. 14
Brasilia.
Flamengo, Corinthians, Sao Paulo. Así eran apodados los partidos políticos brasileños en las planillas de contabilidad paralela que llevaba la empresa Odebrecht, en el centro del escándalo de corrupción que sacude a Brasil.
El Partido de los Trabajadores (PT), del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, recibía el sobrenombre de Flamengo, el equipo más popular del país. Así lo revela uno de los documentos entregados a la fiscalía por Luiz Eduardo Soares, ex ejecutivo de Odebrecht que acordó colaborar con las investigaciones a cambio de una reducción de su eventual condena.
El testimonio de Soares y de decenas de ex funcionarios de la empresa fueron divulgados ampliamente por la prensa local esta semana, después de que la Corte Suprema levantara el secreto de sumario de dichos documentos, al autorizar la apertura de decenas de investigaciones contra políticos de casi todos los partidos, incluidos ocho ministros del gabinete de Michel Temer, un tercio del Senado y cerca de 40 diputados.
Jerga futbolera
En dicha planilla, el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer –quien asumió el poder tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016–, recibía el apodo de Internacional, y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aliado clave del actual gobierno, constaba en los registros como Corinthians.
Dentro de cada partido, los candidatos también recibían apodos de posiciones dentro del campo, como si se tratase de verdaderos equipos de futbol: el candidato a presidente era llamado atacante
, aspirantes a gobernadores se transformaban en mediocampistas
y los senadores y diputados recibían el apodo de punta
y volante
, respectivamente.
Odebrecht es una de las principales empresas implicadas en la trama de Lava Jato, la mayor investigación de corrupción en la historia de Brasil que develó un sofisticado esquema de sobornos a políticos y financiación ilegal de partidos a cambio de contratos con empresas públicas, especialmente Petrobras, y leyes favorables a sus actividades empresariales.
La confesión masiva de 77 ex ejecutivos de Odebrecht, apodada la delación del fin del mundo
, expuso en detalle cómo funcionaba ese engranaje.