Las autoridades atribuyen a yihadistas el ataque, que dejó más de 500 heridos
La oposición condena la agresión; nuestro papel era garantizar la seguridad de civiles
, afirma
Domingo 16 de abril de 2017, p. 18
Damasco.
Al menos 100 personas murieron este sábado en Siria, en un atentado con coche bomba contra autobuses que transportaban personas evacuadas de las localidades de Fuah y Kefraya. El artefacto estalló al oeste de la ciudad de Alepo, donde los vehículos con civiles y combatientes estaban paralizados desde el viernes, debido a las disputas entre las partes en conflicto sobre la cifra de combatientes que pueden ser desalojados.
Una violenta explosión sacudió la zona de abordaje de los autobuses de Fuah y Kefraya cuando un hombre hizo estallar la camioneta que conducía, la cual llevaba ayuda alimentaria, contra un convoy de 75 autobuses y 20 ambulancias. En el lugar permanecían al menos 5 mil personas de ambas localidades, habitadas por ciudadanos chiítas en el campo del noreste de Idlib, incluyendo unos mil 300 combatientes de ambos pueblos leales al gobierno sirio y sus familiares, informó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.
En el lugar del ataque miles de personas permanecían varadas desde el viernes, particularmente en el área de Rashedin, a las afueras de la ciudad de Alepo, al quedar paralizado en horas recientes un acuerdo entre el gobierno del presidente Bashar al Assad y las milicias rebeldes para intercambiar desalojados, añadió el OSDH.
Un corresponsal de Afp que se encontraba en Al Rashidin, periferia rebelde al oeste de Alepo, donde estaban estacionados los autobuses, narró que vio numerosos cadáveres, niños incluidos, y restos humanos esparcidos por el suelo, así como numerosos heridos. La televisión estatal siria atribuyó a los grupos terroristas
, término utilizado por el gobierno para designar a rebeldes y yihadistas, la responsabilidad de la agresión. Imágenes de medios oficiales mostraron los momentos posteriores a la explosión, en las cuales se pueden apreciar autobuses con los vidrios rotos y varios cadáveres en torno al sitio de la detonación.
En tanto, la oposición siria condenó el ataque y negó tajantemente su responsabilidad. Rechazamos todas las acusaciones por este crimen odioso. Nuestro papel era garantizar la seguridad de los civiles, no matarlos
, afirmó el grupo rebelde Ahrar al Sham, en Twitter.
La Defensa Civil Siria, también conocida como cascos blancos, organización de rescate, considerada afín a las milicias rebeldes, informó que los muertos serían al menos 100 y 500 los heridos. Se espera que el número de víctimas aumente, debido a que algunas personas permanecen en situación crítica.