La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y organizaciones de defensa de la libertad de expresión deploraron el asesinato de Maximino Rodríguez Palacios, periodista que cubría nota roja en Baja California Sur, y demandaron sanción para los responsables del crimen y el cese de ataques contra comunicadores.

El homicidio del reportero del Colectivo Pericú ocurrió el viernes pasado en la ciudad de La Paz. Con este caso suman cuatro los periodistas muertos recientemente. El mes pasado fueron asesinados Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada en Chihuahua y colaboradora de Norte de Ciudad Juárez; Ricardo Monlui Cabrera, director del portal El Político y columnista de El Sol de Córdoba, y Cecilio Pineda, reportero de la fuente policiaca en Guerrero.

Jan Jarab, representante de la ONU-DH en México, afirmó que ‘‘una sociedad democrática requiere de pluralidad informativa en sus medios de comunicación. Ataques como los dirigidos contra periodistas –que incluso trabajan en medios alternativos– atentan contra esta pluralidad y son un trágico recordatorio de la importancia de proteger a todas las personas que ejercen el periodismo desde cualquier plataforma comunicativa’’.

Enfatizó que la cifra de periodistas asesinados en el país de 2000 a la fecha asciende a 124, de acuerdo con números de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. El organismo internacional exhortó a las autoridades federales y estatales a ‘‘realizar una indagatoria pronta, efectiva e imparcial que permita llevar ante la justicia a las personas responsables de estos asesinatos. Como ya ha sido señalado por diversos mecanismos internacionales, la falta de resultados en las investigaciones de agresiones contra periodistas facilita las condiciones para que éstas se repitan, colocando en particular riesgo a quienes ejercen el periodismo en México’’.

De igual manera, la sección México de la organización PEN Internacional y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condenaron los asesinatos de comunicadores y demandaron una investigación a fondo, pronta, creíble, oportuna y expedita para sancionar a los responsables.

‘‘Lo que está sucediendo en México es un escándalo’’, apuntó en un comunicado PEN, mientras Carlos Lauría, coordinador del Programa de las Américas del CPJ, dijo en un pronunciamiento desde Nueva York que ‘‘los asesinatos de periodistas son un recordatorio nefasto de que México figura entre los países más letales del mundo para la prensa (…) Instamos a las autoridades mexicanas a quebrar el ciclo de impunidad por medio del enjuiciamiento de los autores de estos crímenes’’.