Existen por lo menos 10 métodos anticonceptivos que se pueden conseguir en centros de salud y en tiendas, que van desde pastillas, parches, inyecciones, hasta los que requieren intervención clínica. No obstante, el condón es el más conocido entre la sociedad y aunque actualmente los hay de diferentes texturas, colores, olores y sabores, ninguno ha logrado impacto para que los jóvenes se protejan y eviten embarazos, así como enfermedades.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014, 98.7 por ciento de las mujeres en edad fértil conoce al menos un método anticonceptivo, pero sólo 51.6 por ciento usa alguno.

Julián Alcalá Ramírez, académico investigador y especialista en sexología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló en entrevista que se han identificado tres causas que fomentan esta situación: el desencanto de los jóvenes por el futuro, que los lleva a tomar estos riesgos, pésima atención en los servicios de salud y la falta de educación sexual para derribar mitos.

Indicó que la desesperanza se debe a que perciben un futuro incierto y por ello deciden vivir el momento, además de que muchas de las mujeres que están en esta edad aún tienen como proyecto de vida ser madres.

Señaló, asimismo, que la atención que reciben los jóvenes en los centros de salud los desalienta a acercarse a conseguir protección. Refirió que quienes los reciben actúan como sus padres, a quienes parece que les molesta que tengan vida sexual y reciben un sermón, cuando se requiere invitarlos a que utilicen métodos para protegerse.

Alcalá Ramírez dijo que actualmente hay demasiada información sobre los métodos anticonceptivos, pero no toda es correcta, como la que se publica en Internet. Y señaló la importancia de una educación sexual en la que se rompa con esta idea de que la sexualidad es sinónimo de tener hijos, y que no se satanice el tema, que incluya hablar de las emociones y los métodos anticonceptivos, pues todavía existen diversos mitos en torno a la sexualidad.

El condón, dijo, es percibido como una barrera física, y quienes se dicen enamorados no lo utilizan porque creen que no se siente igual, lo cual en algunos casos es cierto, pero tampoco quiere decir que no sea agradable, por lo que se requiere cambiar esta idea; es una cuestión de salud.