os vendedores callejeros –entre ellos los de comida– serán retirados de las grandes arterias de Bangkok, capital de Tailandia, anunció el ayuntamiento, que impulsa la limpieza urbana.

Los miles de puestos ambulantes, que ofrecen desde la tradicional sopa de fideos hasta juguetes sexuales, forman parte de la atracción turística de Bangkok, que da un toque folclórico a la metrópoli de 12 millones de habitantes.

Las élites de la capital tailandesa y el ayuntamiento quieren seguir los pasos de Singapur, que en los años 80 del siglo pasado expulsó de las calles a todos los vendedores callejeros. La medida tiene impacto en los 50 distritos e inició el pasado martes en tres barrios: Thong Lor, Ekkamai y Phra Khanong.

“Todos los puestos –de ropa, productos pirata y alimentos– serán prohibidos en las principales calles de la ciudad. Ya no tendrán autorización por razones de orden público y de higiene”, informó Wanlop Suwandee, consejero del gobernador.

Los funcionarios insisten en el caos que crean los vendedores ambulantes, quienes bloquean las banquetas y dejan poco espacio a los peatones. No obstante, lo puestos de comida son muy populares entre los turistas y los ciudadanos. Además, es una opción barata ya que un bol de fideos con pollo cuesta apenas 35 bahts (menos de un euro).

Suprimir la venta callejera es como despojarse de nuestra cultura, lamentó Chiwan Suwannapak, que trabaja para una agencia de turismo. Algunas arterias simbólicas, como la calle Khao San, en el barrio de los hotelitos para turistas de pocos recursos, era hasta ahora el paraíso de los vendedores de CD piratas y falsos bolsos de marcas de lujo.

Afp y Dpa