El poder del periodismo como agente de cambio es innegable para el estadunidense Jon Lee Anderson, uno de más prestigiados periodistas en la actualidad, quien está convencido de que el ejercicio comprometido de esa profesión puede servir de contrapeso a las políticas emprendidas hoy día en el mundo, en particular las del presidente Donald Trump.

Durante la mesa El periodismo narrativo en la era de Trump, efectuada el sábado como parte de la Feria del Libro y la Rosa, el colaborador del New Yorker rememoró la renuncia de Richard Nixon a la presidencia de Estados Unidos, a partir del escándalo Watergate, para demostrar el poder de aquella profesión.

Fueron dos periodistas los que lograron hace 40 años que un presidente corrupto, engañoso y mendaz se fuera de la Casa Blanca, subrayó.

Y yo espero, lo digo a calzón quitado, que sean periodistas los que logren desalojar a Trump de la Casa Blanca. Espero verlo en algún momento, que sea llevado en cadenas a un calabozo, porque creo que lo merece. No lo digo para ganar aplausos, sino por convicción verdaderamente profunda, que es compartida por mucha gente.

Especialista en temas latinoamericanos y en las guerras posteriores al 11 de septiembre de 2001, entre ellas la de Irak, Jon Lee Anderson contó que decidió establecerse en México después del triunfo del magnate estadunidense en las pasadas elecciones no sólo para ilustrar lo que él tiene contra nuestro país y las formas en que desde aquí se busca lidiar contra ello.

Lo que le interesa, apuntó, es también volver a hacer memoria de la historia nortamericana-mexicana para mis propios conciudadanos, que en poco han caído fuera de la discusión, no son parte del debate.

Acompañado en la mesa por el escritor y periodista mexicano Juan Villoro, en su opinión vivimos en el mundo un tiempo en el que debemos lidiar no sólo con una crisis del periodismo debido a la digitalización y la pérdida de su modelo económico.

También debemos lidiar con un tipo, dijo en referencia al presidente estadunidense, que está moldeando las noticias y el mundo mediático, así como la política mundial, con base en tuitazos, incluso con falta de gramática.

Y eso tenemos que arrebatárselo, volver a conquistar el terreno y conducir nosotros la batalla de las ideas, no dejárselas a él. Creo que haciendo resucitar la historia, educando a la gente de dónde ha venido todo esto, es quizás un aporte a lo que podría ser la batalla por venir, consideró.

Tras aclarar que esta era la primera ocasión en la que hablaba de manera tan abierta de su posición política, precisó su visión de que es una batalla, porque todos los días Trump sale a vilipendiar, a ofender tanto a los mexicanos como a los periodistas, llamando a estos últimos portadores de fake news, lo cual, destacó, confunde a una ciudadanía que en muchos casos no es educada y que justamente son las personas que votaron por él.

“Si llegamos al final de un mandato de un presidente estadunidense con 40 por ciento creyendo en él, estaremos ante una situación realmente nefasta, porque lo que nos quedará serán canales televisivos de propaganda como Fox, en mi país, y no el New York Times, y una población más moldeada por propaganda y noticias tendenciosas que por noticias como tal y por la información a veces flaca, pero bien intencionada de los periodistas que yo conozco”, prosiguió.

Si podemos ir adelante con sinceridad y honestidad y un afán de mostrar que no somos tendenciosos, que tenemos la intención de ser honestos, podremos mantener audiencia. Si no podemos, perderemos la batalla y la ganará él. Por eso hablo en términos de batalla hoy día.

Juan Villoro consideró el tema Trump como un revulsivo, una situación que obliga al mundo a poner en la mesa de discusión contemporánea problemas estructurales que vienen de muy lejos y no se han resuelto, como la política discriminatoria de Estados Unidos.

Sobre cómo puede combatirse el ruido de los tuits de Trump, el escritor mexicano enfatizó que lo más importante es interrogar la verdad y tratar de ver lo que sucede.

Eso es algo que de pronto el periodismo relaja un poco y ha estado dando explicaciones automáticas. Esto también tiene que ver con el periodismo en línea, en red, que cada vez haya menos periodistas como Jon Lee que son enviados especiales a un país, agregó

Los periódicos están cada vez más delgados y los periodistas más gordos, porque cada vez se mueven menos de su lugar de trabajo y hacen su labor en coberturas en red. Casi todos los periódicos se parecen mucho, hay una estandarización de la noticia.