La inflación y la devaluación del peso tendrán una incidencia negativa en la medición de la pobreza este año por el repunte de los precios, lo que deteriora el poder adquisitivo de la población, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).

El poder adquisitivo de las familias, determinante de los niveles de pobreza, depende de la evolución de los precios. Hasta ahora el Banco de México ha realizado esfuerzos importantes para evitar mayores presiones, pero es evidente que la dinámica esperada para los meses próximos anticipa un impacto en el salario real de los trabajadores, sobre todo porque los precios siguen en ascenso y se prevé una inflación cercana a 6 por ciento al cierre de 2017, sentenció el organismo.

Consideró que la debilidad del peso frente al dólar ha sido parte importante del repunte reciente en los precios de la economía. Aunque reconoció la influencia de factores externos y, particularmente, de la elección presidencial en Estados Unidos, que provocó que el dólar se cotizara a casi 22 pesos, contra la cotización de 14 pesos de 2015 o de 19 pesos a principios de 2016, ponderó que tal depreciación tuvo su origen principal en el aumento de la deuda pública.

El Ceesp elogió algunos resultados favorables que se dieron a conocer en el reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), como que el ingreso laboral, medido en términos de su poder adquisitivo de la canasta alimentaria, tuvo una ganancia de 6.8 por ciento y que la población sin capacidad de adquirirla se redujo 6.5 por ciento. Lo mismo sucedió con los mexicanos con carencias sociales, como el acceso a la salud.

El informe del Coneval, empero, destaca que la población en pobreza subió de 45.5 por ciento en el tercer trimestre de 2012 a 46.2 en igual periodo de 2014, lo cual significó un aumento de 2 millones de mexicanos en tal situación, pero el organismo empresarial recordó que se carece de datos más recientes debido a que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) modificó la metodología del Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015 y sus resultados fueron incomparables con reportes anteriores.

Para este año, insistió, la afectación al poder adquisitivo de la población será ocasionada por el constante debilitamiento del peso y por la inflación, que comenzó a repuntar desde junio de 2016 y se disparó durante enero pasado por el gasolinazo hasta alcanzar una tasa anual de 5.35 por ciento en marzo, la más alta registrada desde 2009.

Las condiciones que beneficiaron la evolución de los indicadores de pobreza en años recientes parecen haber tenido un punto de inflexión en el último trimestre de 2016, toda vez que en ese lapso el tipo de cambio mostró presiones importantes que lo llevaron a tocar niveles superiores a 20 pesos por dólar, lo que comenzó a incidir en la evolución de los precios al consumidor, indicador que es fundamental en el comportamiento del poder adquisitivo, detalló.