El ciclo Allegro sinfónico para niños se efectuará en el escenario del Auditorio Nacional
con obras maestras de la música
Sensibilización artística desde la infancia, plantea Eduardo Amerena, coordinador del recinto
Viernes 12 de mayo de 2017, p. 5
La música de los grandes compositores más que solemne es divertida y emocionante, expresa Eduardo Amerena, coordinador ejecutivo del Auditorio Nacional, escenario que en las próximas semanas será sede del ciclo Allegro sinfónico para niños, proyecto que pretende erigirse en algo permanente y que sea esperado por las familias tanto como El cascanueces a final de año.
Desde siempre hemos considerado que es muy importante el proceso de sensibilización artística a edad oportuna. Pasa lo mismo que con las matemáticas o los idiomas: tienen que llegar en una etapa del desarrollo de las personas conveniente; en particular en la primera infancia; ahí es cuando el contacto con el arte, con la naturaleza, con los animales, con las expresiones del espíritu, con el respeto, la civilidad, en fin, se convierten en valores de convivencia muy importantes y de desarrollo integral de la persona. Por ello que hay que llegar lo más temprano posible a tocar esas fibras sensibles
, añade el directivo en entrevista con La Jornada.
El Auditorio Nacional se transforma en una herramienta idónea para tratar de fomentar públicos nuevos. Por eso diseñamos, y fue aprobado, un programa dirigido a jóvenes y niños con las obras maestras de la música
.
Se ha demostrado, añade, que el acercamiento temprano a las artes tiene dos resultados: o cambian vocaciones (hay quien después de ir a una obra de teatro o escuchar una orquesta sinfónica deciden su vocación), y la otra vertiente es que si su decisión no es ser creador o intérprete artístico puede ser público. Es un ganar ganar: o se toma un sendero vocacional o un sendero de vinculación afectiva vitalicia. Por ello damos tanta importancia a esto
.
Los conciertos dedicados a públicos jóvenes ya se han presentado en el inmueble de Reforma. Sin embargo, ahora el proyecto es que se haga dos veces por año y se convierta en una tradición para el Auditorio, “que el público lo espere así como El cascanueces a final de año y tener varias temporadas de actos dirigidos a estos segmentos de público con el gran repertorio. Queremos incursionar en la ópera y otros géneros que pueden tocar las fibras sensibles de las personas, por eso este programa en particular tiene un nombre especial: Allegro sinfónico para niños.
“El allegro –prosigue Eduardo Amerena– es la dinámica musical que corresponde a un tiempo, a un tempo, a una velocidad; tiene la ambivalencia de que también significa alegre y queremos vincular la palabra alegría con la palabra diversión, disfrute”.
Más que pensar en la música clásica como algo solemne, aburrido o sólo para adultos, la intención es que los niños vean que es emocionante, una experiencia única que el día que se tiene, la vida cambia. Por eso estas obras que elegimos y las que seguirán integrando estos programas serán muy potentes, accesibles, muy bien pensadas por los grandes compositores, precisamente para eso
, explica Amerena.
Dos programas a cargo de la Sinfónica de Minería
La Orquesta Sinfónica de Minería, con dirección de Alfredo Ibarra, es la encargada de interpretar los dos programas iniciales de Allegro sinfónico para niños.
El primer concierto será el domingo 21 de mayo a las 12:30 horas y se integra por El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns; La guía orquestal para jóvenes, de Benjamin Britten; la obertura de El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini, y la polka Rayos y truenos, de Johann Strauss II.
El segundo concierto será el domingo 18 de junio a las 17 horas con Pedro y el lobo, de Serguei Prokofiev, El aprendiz de brujo, de Paul Dukas y Bolero, de Maurice Ravel. En esta ocasión la orquesta será dirigida por Carlos Miguel Prieto.
El locutor Antonio Esquinca narrará ambos conciertos.
El Auditorio Nacional se ubica en Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec, estación Auditorio del Metro; el precio de los boletos va de 250 a 950 pesos.