Con el propósito de mejorar las condiciones laborales y de vida de trabajadoras de las empresas maquiladoras, organizaciones en favor de los derechos humanos de las mujeres “fortalecerán y articularán a siete organizaciones que agremian a este sector laboral en Aguascalientes, Jalisco, Morelos, Puebla, Coahuila, Oaxaca y la Ciudad de México.

Despidos injustificados, horas extras sin pago, violencia y hostigamiento sexual, brecha salarial por género, discriminación y centros de trabajo inseguros y/o antihigiénicos son algunas de las condiciones que enfrentan miles de empleadas de la maquila de la moda en México, así como subcontratación, limitada libertad de asociación y creciente violencia de género en varias entidades del país, que amenazan sus posibilidades de organización, informó Fondo Semillas, organización que junto con Hispanics in Philanthropy (HIP) y el Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC) llevan a cabo el proyecto.

En entrevista, Jenny Barry, coordinadora de recaudación de Fondo Semillas, dijo que esta iniciativa es por dos años. Uno de los resultados esperados es que más trabajadoras de maquila conozcan sus derechos laborales.

Para dicho objetivo ofrecerán talleres para las empleadas, y las organizaciones locales buscarán dialogar tanto con las empresas como con los dueños de las marcas de ropa para que entiendan las problemáticas que las trabajadoras están viendo en sus espacios y para que haya más respeto de los empleadores.

También dialogarán con el gobierno para mejorar el monitoreo de las condiciones y cambiar las políticas públicas. Además, se realizan campañas de difusión y sensibilización para que el público en general tenga más información sobre las condiciones de las trabajadoras de maquila.

Fondo Semilla informó que del 50 por ciento de las personas que se emplean en esas líneas de producción son mujeres, de acuerdo con datos de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Las trabajadoras de dichas maquiladoras ocupan menos de un tercio de los puestos técnicos y administrativos de este sector, el resto se emplean como ensambladoras. Su trabajo se traduce en importantes ingresos para la economía del país, ya que en 2015 el valor de las telas y complementos de vestir exportados fue de 40 mil 840 millones de pesos, destacaron.