n México, mientras aumentan las madres niñas y adolescentes –por ignorancia, violaciones, falta de horizontes y sentido de vida–, también aumentan las mujeres que ya no ven en la maternidad un destino necesario, ni la mejor manera de sentirse realizadas.

Ser madre en una sociedad que infravalora la maternidad, que no educa ni ama a los niños ni a sus progenitoras puede llevar al arrepentimiento, escribió Paloma Pedrero en el periódico español La Razón, a propósito del libro Madres arrepentidas, de la socióloga israelí Orna Donath, publicado por Reservoir Books de España, en el que la autora asegura que hay muchas más madres arrepentidas de las que creemos.

Ella decidió no tener hijos desde que tenía 16 años y, cansada de los ya te arrepentirás, elaboró este ensayo en el que desafía el discurso imperante, basado en la creencia de que la felicidad femenina sólo puede alcanzarse a través de la maternidad. Con su libro, Donath ha provocado uno de los debates recientes más encendidos en Europa, porque cuestiona la visión de las mujeres como madres perfectas, creada por esa mezcla de religión-capitalismo-patriarcado. En España, como en México, también se señala a las mujeres sin hijos, denunció en 2006 Rosa Montero, en un artículo titulado Ni coja ni madre: “Se da la circunstancia de que no tengo hijos. Si fuera hombre, mi falta de descendencia sería una circunstancia… Pero como soy mujer, se diría que todo en el entorno se confabula para convertirme en una ‘mujer sin hijos’, como si perteneciera a una etnia aparte... Se sigue creyendo que la que no es madre no es del todo mujer. Ya no sé cómo explicar que, aunque tener hijos ha de ser una experiencia formidable, me siento tan completa como cualquier persona”.

De vuelta al ensayo de Orna Donath, éste se basa en 23 entrevistas de mujeres que, sin dejar de amar a sus hijos, se confiesan arrepentidas de elegir el rol de madres. También hay padres arrepentidos, pero como feminista, la autora quiso primero ocuparse de las mujeres y mucho le sorprende ver calificada su obra como nuevo manifiesto feminista.

Tengo una brillante sobrina, quien ha decidido no tener hijos porque para ser madre hay que tener un chip que no todas tenemos, dice. Es recomendable antes de decidir, averigüen si tienen ese chip y sepan bien en qué consiste el reto fabuloso de parir, criar, educar y ser feliz haciendo hijos felices.

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