El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, aseveró que en el país hoy vivimos en una sociedad violenta, indignada, desesperanzada y en la que los jóvenes se desenvuelven en un ambiente de inseguridad e impunidad.

Por lo anterior, llamó a los profesores a infundir en la juventud los valores de libertad, respeto, tolerancia, negación a la violencia, progreso y paz, y sobre todo, a desarrollar la verdadera esencia del magisterio: guiar a nuestros estudiantes por las rutas de la confianza, la esperanza, el saber y la verdad, para que se descubran y encuentren su lugar en la vida.

El rector celebró a los mentores universitarios en una comida por el Día del Maestro, en la Unidad de Seminarios Ignacio Chávez, donde reconoció a 57 docentes con cinco décadas de servicio y a siete profesores e investigadores eméritos.

En ese contexto, remarcó: Necesitamos volver a creer en México, en su justicia y su equidad. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que la vida universitaria se desarrolle con normalidad, y a ustedes les pido que hoy, más que nunca, procuren estar cerca de los jóvenes y dispuestos para ellos.

En la comida también estuvieron presentes los ex rectores Octavio Rivero, José Sarukhán y Francisco Barnés de Castro. Ahí, Graue Wiechers destacó la importancia de la labor docente, la cual –definió– es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás.

Para el rector Graue, un académico se debe empeñar en crear y difundir el conocimiento a través de la docencia, la investigación o la difusión de la cultura; y transferirlo a generaciones es lo que permite que las sociedades avancen.

Pero además, dijo, deben saber algo más: orientar y dar luz con sus palabras, resultado de sus experiencias y con las que forjan mujeres y hombres de provecho, con las que de manera generosa y formativa les permiten alcanzar la eternidad.

Para reforzar su dicho citó a José Vasconcelos: Maestros son quienes se apresuran a dar sin reserva el buen consejo, el secreto recóndito, cuya conquista acaso ha costado dolor y esfuerzo. Alguien que ya pasó por distintas pruebas y no ha perdido la esperanza de escalar los cielos es un maestro.

Finalmente, Graue Wiechers confió en que los mentores puedan transmitir a todos los estudiantes universitarios esos secretos que nos ha dado la experiencia de vida y que es nuestra obligación compartir.