En AL el promedio es de ocho meses
Domingo 21 de mayo de 2017, p. 16
El Congreso mexicano sesiona sólo seis meses y medio al año, mientras en América Latina el promedio son más de ocho meses, lo que explica el rezago en la aprobación de iniciativas y la falta de continuidad del trabajo legislativo, advierte un estudio del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado.
El documento señala que hay diversas iniciativas de ley para ampliar la duración de los periodos ordinarios de sesiones en ambas cámaras, que no se han dictaminado. En la pasada legislatura se presentaron 14 propuestas, y en la actual se han presentado ocho, con la finalidad de reformar los artículos 65 y 66 de la Constitución, con miras a mejorar la eficacia y eficiencia del Congreso.
De acuerdo con la exposición de motivos de esas iniciativas, la duración de los periodos ordinarios en el Senado y la Cámara de Diputados (dos al año) es menor a la de otros países de América.
El promedio de meses laborados por el Poder Legislativo en América Latina al año es de 8.81 (ocho meses con 24 días). Argentina, Brasil, Honduras, Paraguay, Uruguay y Venezuela sesionan al menos nueve meses. Colombia, Guatemala, Panamá y Perú tienen periodos ordinarios de por lo menos ocho, y Ecuador, Nicaragua y República Dominicana 10 meses.
Tras un ejercicio comparativo, el IBD resalta que El Salvador y Bolivia tienen los periodos de sesiones ordinarias más largos: de 12 y 11 meses, respectivamente. Los congresos con menor duración son Chile (cuatro meses) y Costa Rica (seis). México sesiona durante dos periodos al año, igual que Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela.
Los congresos estatales en México sesionan en promedio 7.3 meses, por encima de los 6.5 que labora ordinariamente el Congreso federal. Los de Baja California y Colima tienen los periodos más largos, 12 y 10 meses, respectivamente. En contraste, los periodos de los legislativos locales de Ciudad de México, Tabasco, Campeche y Veracruz duran menos de seis meses al año.
zEl estudio del IBD incluye diversas opiniones de expertos, entre ellos del politólogo Josep Colomer, quien señala que una de las grandes limitantes de las oportunidades del Congreso para desarrollar iniciativas políticas propias
es la duración de los periodos ordinarios.
La existencia de periodos tan reducidos en el Congreso mexicano rompe la continuidad de los trabajos, no permite un estudio detenido de las iniciativas e impide la correcta realización de las tareas de control político sobre el Poder Ejecutivo, advierte a su vez el especialista Miguel Carbonell.