Miércoles 24 de mayo de 2017, p. 38
El hígado graso es consecuencia de la obesidad, y en México 70 por ciento de los adultos tienen exceso de peso corporal, pero además, en 77 por ciento de la población está presente un factor genético que aumenta el riesgo de acumulación de grasa en ese órgano. Lo más grave es que incluso en personas delgadas existe dicho marcador, advirtió Aldo Torre, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Explicó que dicho factor es causa de cirrosis y cáncer, pero en el país el padecimiento está subdiagnosticado. Algunas estadísticas indican una prevalencia de 14.3 por ciento, mientras en Estados Unidos, donde se lleva un registro puntual, hasta 46 por ciento de las personas tienen este problema de salud.
Ayer se realizó un foro con motivo del Día de la Salud Hepática en el instituto de nutrición, al que asistió el titular de la Secretaría de Salud, José Narro Robles. Advirtió que el mejor tratamiento es la prevención y la responsabilidad que cada individuo asuma respecto de su estilo de vida, principalmente en lo relativo a su alimentación y el ejercicio físico que lleve a cabo, a fin de evitar este y otros males asociados al sobrepeso y obesidad.
Prevención y responsabilidad
Reconoció la importancia de las políticas gubernamentales y medidas como la aplicación de impuestos a alimentos y bebidas cuyo consumo está relacionado con el incremento de peso de los individuos. Eso se debe hacer, lo mismo que generar ambientes saludables, pero al final hay una responsabilidad individual, dijo.
Ante el director del instituto, David Kershenobich, y el presidente del Comité Científico de la Fundación Mexicana por la Salud Hepática, Enrique Wolpert, y organizadores del foro, Narro comentó que además del sobrepeso y obesidad, el hígado graso se asocia con diabetes, hipertensión arterial y afecciones cardiovasculares. Otras complicaciones frecuentes son fibrosis, cirrosis no asociada al consumo de bebidas alcohólicas y cáncer hepático.
El especialista también destacó que aunque existen decenas de medicamentos disponibles y varios innovadores en las últimas fases de desarrollo, ninguno supera los beneficios que se pueden obtener de la prevención.
Respecto de la predisposición genética en la población mexicana a desarrollar hígado graso, el doctor Aldo Torre comentó los resultados de una investigación en pacientes del instituto de nutrición, en 77 por ciento de los cuales se encontró la mutación conocida como PNPLA3, la cual aumenta 3.2 veces el riesgo de dicho mal.