Obra de Richard Viqueira que se presenta en La Gruta
Lunes 5 de junio de 2017, p. 7
Encumbrado en un irrefrenable delirio de poder, Herodes, la noche anterior a lo que hoy se conoce como la matanza de los santos inocentes, debe justificar su decisión. Para ello, en su megalomanía, inicia un juicio contra un recién nacido, para probar ante el pueblo que la maldad y la ambición humana son inconmensurables. Lo que Herodes desconoce es que con ese juicio, también se cuestionará su identidad.
Tal es la trama del montaje Herodes hoy, obra escrita y dirigida por Richard Viqueira, que se estrenó la semana pasada en La Gruta, del Centro Cultural Helénico, misma que propone reflexionar sobre la injusticia de la justicia
, con la cual Herodes se intenta justificar con tal de no ceder el poder.
De acuerdo con el creador escénico, no es una obra histórica, sino un instrumento de denuncia ética sobre los genocidios
. Aquí se retoma el personaje histórico y bíblico de Herodes para exhibir a un hombre enajenado de poder, que delira, tiene miedo y en un momento fugaz, cierta culpa.
Es una historia que intenta adentrarse en la sique de un infanticida, explica Viqueira. ¿Qué puede orillar a una persona a mandar asesinar a unos niños?, ¿cuál sería sus justificación o criterio?, ¿de qué manera hacerlo?
Es una pieza dramática en la que todo transcurre en una misma unidad de tiempo y espacio: una noche antes de que Herodes decida mandar asesinar a los pequeños inocentes. En ese momento también se plantea que nadie perdonaría a un asesino de niños
; sin embargo, si al niño al que se le ha iniciado un juicio es condenado a muerte, puedo condenar sin culpa a los demás
.
Herodes en su ofuscación se propone convencer al pueblo de que sus hijos los van a matar mientras ellos duermen.
Para Viqueira, muchas de las decisiones del poder, de los grandes tiranos, se basan en la premura. No se dan el tiempo de reflexionar sobre lo que están haciendo y las consecuencias de sus decisiones, y simplemente se arrojan a una empresa absurda y genocida
.
Aquí, el recién nacido es acusado por el mismo rey, quien se asume como la justicia encarnada
, y es defendido por su propia madre. Además de ser un pequeño, de cierta manera representa la generación venidera, aquellos que sucederán al poder en turno, pero que ya son aterradores para quien manda.
Cortar de tajo a esa nueva generación implica la conservación del poder a toda costa. Como pasa con los tiranos y presidentes, intenta justificar lo injstificable, se asume como la justicia encarnada
, comentó el también actor.
Un elemento central y real (no de utilería) empleado dentro de la ficción es una serie de filosos cuchillos que lo mismo sirven a los personajes como armas homicidas que como símbolo de poder y de traición.
Los filosos instrumentos se encuentran presentes en todo momento. Son utilizados como una corona de cuchillos o como máscaras. Se lanzan constantemente a piezas rectangulares de madera, que hacen las veces de cuerpos.
El final de la trama refleja que el actuar de los tiranos se repite, cual aciago ciclo.
Con las actuaciones de Valentina Garibay, Georgina Rábago, Fernando Bueno y el mismo Viqueira, Herodes hoy se presenta los martes a las 20:30 horas en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).