Quemará basura para generar electricidad en lugar de reciclarla, alerta activista
Integrante de Greenpeace indica que el proceso genera grandes volúmenes de dioxinas y otros tóxicos
Viernes 30 de junio de 2017, p. 33
El Gobierno de la Ciudad de México pretende construir una planta de incineración de residuos para generar electricidad, sin tomar en cuenta los altos niveles de contaminación que ello provocaría, con lo que deja a un lado planes más sustentables, como la reducción de la cantidad de basura y el reciclaje, advirtió el abogado ambientalista Carlos Samayoa.
En mayo pasado, la Agencia de Gestión Urbana de la capital firmó un contrato con la empresa Termo WTE –filial de la compañía francesa Veolia– para construir una planta de termovalorización, es decir, de incineración de residuos sólidos inorgánicos, cuyo potencial para reciclarse es supuestamente bajo, destinados a producir energía eléctrica.
Los desechos, explicó el integrante de la campaña de tóxicos de Greenpeace México, se introducen a un horno donde, mediante diferentes técnicas –que todavía no se conocen púbicamente al cien por ciento– se eleva su temperatura por arriba de los 800 grados centígrados para que el poder calorífico de este proceso genere electricidad.
El objetivo final del proyecto no es la gestión de la basura, sino la producción de 965 mil megavatios por hora para hacer funcionar todas las líneas del Metro capitalino. Para ello, la planta de termovalorización deberá recibir al menos 4 mil 500 toneladas de desechos diariamente.
Aunque la idea de quemar basura para generar electricidad a gran escala puede sonar atractiva en un primer momento, subrayó el especialista, al llevarla a cabo las autoridades de la ciudad pasarán por alto las implicaciones medioambientales de dicho proyecto, pues la incineración emitiría grandes volúmenes de dioxinas y otras sustancias tóxicas.
Además, este tipo de esquemas hacen que las autoridades releguen programas más sustentables, como la reutilización y el reciclaje de los desechos inorgánicos y sobre todo el desarrollo de planes para generar menos basura.
Por otro lado, las plantas de termovalorización generan mayor dependencia de esta fuente de electricidad, lo que obliga a abastecerlas con la mayor cantidad posible de desechos. En el caso de Dinamarca, por ejemplo, incluso llegó al extremo de importar
basura desde Inglaterra y África.
Por motivos como estos, la Comisión Europea emitió en enero de este año un comunicado en el cual invita a los países del bloque comunitario a ya no construir plantas de incineración de residuos, pero en México el gobierno capitalino ignora esos argumentos y firma contratos de operación por 30 años, lamentó el activista.