Margarita Zavala, aspirante a la candidatura presidencial del PAN, pidió que haya claridad en torno a lo que se quiere con el frente amplio opositor y se defina si esa iniciativa es contra Andrés Manuel López Obrador, líder del partido Morena, o contra el PRI.

Luego que la dirigencia nacional del blanquiazul se pronunció en favor de una alianza con el PRD y otras fuerzas políticas rumbo a las elecciones de 2018, manifestó su preocupación por que en la construcción de ésta no se está tomando en cuenta la opinión de los panistas.

En entrevista con La Jornada, Zavala Gómez del Campo apremió a la dirección de su partido a definir ya el método de elección del candidato presidencial y ver quién es el más competitivo. Una vez tomadas las decisiones propias, entonces sí presentarse a la alianza, pero hay que hacerlo a partir de la identidad del PAN, de lo que vale, y no restarle fuerzas para negociar, enfatizó.

Estoy convencida de que Acción Nacional es la primera fuerza electoral y así tiene que presentarse, subrayó en víspera de concluir este domingo la gira de un mes que la llevo por 45 ciudades de todo el país. La esposa del ex presidente Felipe Calderón también dijo que su partido no debe dejar sus decisiones en manos de otras organizaciones políticas.

Frente a los señalamientos de algunos perredistas sobre que el frente debe ser encabezado por una persona externa a los institutos políticos, la ex diputada federal estimó que un mecanismo de ese tipo no debe partir de vetos. El PAN tiene hombres y mujeres que pueden gobernar para todos, de manera que no debe dejarse subestimar y tampoco permitir que lo humillen de esa manera, puntualizó en conversación telefónica.

A la pregunta de si participará en una eventual elección entre militantes para definir al candidato presidencial blanquiazul, mecanismo que le aseguraría el triunfo a Ricardo Anaya, dirigente nacional interesado en Los Pinos, respondió: el método que quieran, pero sin trucos ni trampas.

Lo que pido no es distinto a lo que el partido pidió a las autoridades de Coahuila, esto es, imparcialidad en el órgano electoral; que no sea juez y parte como lo fue el instituto electoral coahuilense, resaltó.

–¿Qué responde a quienes no la quieren como candidata presidencial, porque ven detrás de sus aspiraciones a su esposo y una gran ambición de poder?

–Mi vida política se inició desde hace muchos años, incluso antes de conocer a Felipe. Esto huele a una especie de misoginia. Por supuesto si el único defecto que me ven es con respecto a otra persona, quiere decir que a mí me va a ir muy bien, porque no me encuentran ningún inconveniente.

–También hay quienes no la quieren porque temen el regreso de las políticas que implementó su marido contra el crimen organizado y que a decir de diversos analistas, llenaron de sangre al país –se le comentó.

–Entre 2006 y 2018 los retos son muy distintos. El desafío ahorita es dejar el pasado que tiene que ver con un gobierno que no quiere enfrentar las cosas. A mí no me da miedo luchar contra el crimen, sé que se pagan costos políticos, pero ha pagado más el pueblo cuando ha tenido una administración pública que no combate la delincuencia. Si se hubiera seguido con los controles de confianza de las policías y el fortalecimiento de estas, a la mejor otras cosas estaríamos diciendo en términos de seguridad. Estoy convencida de que Felipe hizo un buen gobierno y que enfrento las adversidades con todos los instrumentos a su alcance.