El futbol opaca todos los esfuerzos deportivos en México. Un partido ante una selección modesta es promovido como un gran acontecimiento. Esa lógica movida por el mercado deja en la sombra los esfuerzos de tantos atletas nacionales y provoca el enojo de Alejandro Landa, raquetbolista dentro del top ten mundial y campeón panamericano en singles y dobles en 2017.

Existen tantos intereses en el futbol que se forman algo así como mafias que engrandecen a figuras que sólo quieren llenarse los bolsillos, mientras los resultados nunca llegan, comenta Landa, número 10 del tour profesional.

“La ausencia de esos intereses es lo que hace que nuestro trabajo –en otros deportes– sea más sincero, nos partimos el alma por conseguir buenos resultados, reales, y que nuestro país quede en un lugar lo más alto posible”.

México es un manantial de raquetbolistas en distintas categorías y ramas. Los represen-tantes tricolores suelen aparecer en los podios internacionales y en lugares privilegiados en las distintas clasificaciones.

En un país donde los triunfos deportivos de gran escala no abundan –reconoce– existe una figura como Paola Longoria, quien impuso la marca de ocho temporadas como número uno mundial y mantuvo durante años un récord de juegos invictos. Eso es lo que pasa en otros deportes –concede Landa– cuando se gira el cuello a otras disciplinas fuera del futbol.