Los obispos de la provincia de Acapulco exhortaron a quienes provocan violencia en distintas regiones de Guerrero a que se arrepientan y se conviertan.

Dos semanas después de la riña en el Centro de Reinserción Social de Las Cruces, Acapulco, que dejó un saldo de 28 muertos y varios heridos, y ante la ola de violencia que han cobrado la vida de decenas de personas en días recientes, los obispos de la región llamaron a la paz.

Al término de una reunión provincial, los obispos de las diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza; Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga; Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda, y el administrador diocesano de la Arquidiócesis de Acapulco, el presbítero Rafael Valencia González, pidieron a los delincuentes no olvidar que todos somos hermanos, y los exhortaron a arrepentirse de sus acciones pñara que Jesucristo, que renueva y remide a la persona, transforme el corazón de piedra en corazón de carne.

Los jerarcas indicaron: Nos duele profundamente el sufrimiento que está viviendo nuestra provincia a causa de la violencia, que está afectando fuertemente a las familias, a las instituciones sociales y a comunidades enteras en su integridad física, su economía y su estabilidad.

Recordaron a los fieles que todos en la región tienen necesidad de consuelo, porque ninguno es inmune al sufrimiento, al dolor y a la incomprensión, por lo que los llamaron, en este año jubilar, a llevar a quienes sufren una palabra de ánimo, un abrazo que les haga sentir comprendidos, una caricia que les haga percibir el amor o una oración que les permita ser más fuertes.

En el exhorto difundido por el del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, indican que la provincia de Acapulco vive el Año de la paz con misericordia, el cual concluirá al inicio de la Cuaresma 2018.

Señalaron que se acercan a esta realidad con ojos y corazón de pastores que ven y sienten los sufrimientos de los pueblos, que están viviendo esta realidad dolorosa.