La obra La piel de Venus, del dramaturgo David Ives, que se escenificará a partir del 28 de julio en el teatro La Capilla, plantea el juego de poder en las relaciones, la sumisión, la violencia física y emocional, así como el tema del masoquismo y la objetivación del cuerpo.

Con la dirección de Angélica Rogel, la puesta en escena, en la que actúan Gabriela Zas y Gerardo Trejoluna, invita a reflexionar sobre el abuso del poder y la situación de la mujer en el teatro y en la sociedad.

En entrevista con La Jornada, Angélica Rogel explicó que “La piel de Venus cuenta la historia de un director de teatro que busca a una actriz para su nueva obra, y después de un día de casting fatal, porque no le gusta ninguna de las chicas, se presenta una desconocida que no tiene nada que ver con el personaje, pero que resulta perfecta y se empieza a generar una ficción dentro de la ficción: comienza la relación entre el director y la actriz y la de los personajes de la obra.

“También se presenta una situación muy extraña, porque ella no parece formar parte de la realidad, sino que proviene de otra; entonces, La piel de Venus es la unión de todas estas historias.”

El montaje, el cual transcurre en el escenario de un foro, evidencia la misoginia que está en la cotidianidad, en los pequeños actos, en las relaciones más cercanas, en las pequeñas injusticias costumbristas de las que somos parte día a día.

La piel de Venus, producida por Petit Comité Teatro y Pispirispis Producciones, se presenta como una oportunidad para dialogar con el público sobre la condición humana y la resignificación del poder en las relaciones. Creemos que la obra de Ives, a pesar de que propone una situación límite de dos personajes muy poco convencionales, invita a repensar en las dinámicas de pareja que todos ejercemos, en las pequeñas licencias que se otorgan, en los pequeños límites que se cruzan, todo en aras de la permanencia del otro.

En la obra –indica la directora– la protagonista todo el tiempo cuestiona al dramaturgo de lo que sucede en la obra y de lo que pasa entre ellos. Entonces, también se habla de la posición de la mujer en las relaciones, en el trabajo. Hay algo ahí que se está movimiento todo el tiempo en cuanto a la figura de la mujer en la sociedad. Está presente el juego del poder y cómo es el papel real de la mujer”.

Angélica Rogel expresó que la atrapó la dramaturgia de David Ives, porque su discurso gira en torno a la posición de la mujer en la sociedad. De pronto cuestiona el dramaturgo si esta mujer es una diosa que viene a castigar a este hombre de conductas un poco machistas. Estamos trabajando desde la visión del papel femenino y cómo interactúa con este hombre que no es abiertamente el macho grosero que se refiere de manera despectiva hacia las mujeres, sino que maneja un machismo oculto, que se muestra en pequeños detalles de su comportamiento.

La actriz Gabriela Zas Montero comentó que su personaje es una chava fuerte, muy determinada en lo que busca, aunque a veces es difícil entender qué busca. Es una persona capaz de construir muchas estrategias para lograr su propósito, y entonces la vemos por momentos débil, o determinada y fuerte, y en otras escenas casi inhumana.

Zas Montero expresó que la obra aborda temas que han existido siempre y que ahora están en las primeras páginas de los diarios y en las noticias. La obra toca el tema del abuso del poder; también se abordan, digamos, distintos tipos de perversiones relacionadas con el machismo, con la imposición del hombre sobre la mujer.

La piel de Venus, protagonizada por Gabriela Zas y Gerardo Trejoluna, se presentará del 28 de julio al 17 de septiembre en el La Capilla (Madrid 13, colonia Del Carmen), con funciones los viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas.