Ochenta años no se cargan fácilmente, afirma Miguel Nieto Applebaum, uno de los propietarios, junto con sus hermanos y su madre, Armida, del salón Los Ángeles, institución –no puede decirse menos– que en estos días cumple ocho décadas de ser el centro de esparcimiento para un inmenso sector de la metrópoli.

Dos rumbosos bailes marcarán la efeméride. El más próximo es el sábado. Contará con un gran elenco en el que no hay posición de privilegio en la marquesina: todas las agrupaciones que intervendrán representan un pedazo de la historia del emblemático recinto de la colonia Guerrero.

A la Sonora Matancera, que ha hecho un espacio en sus actuaciones en Las Vegas para estar presente, pudiera asignársele un lugar preponderante y así el ensamble heredero del original, fundado en Cuba en 1924, dirigido ahora por Javier Vásquez, alternará con la internacional y explosiva Sonora Dinamita: Los Reyes del Mambo, que también heredaron fama y estilo de su agrupación matriz: la orquesta del mundialmente reconocido Dámaso Pérez Prado. Completan el carnet, Son 14 de Cuba, del Tiburón González; Ramón Cedillo y su Big Band, y, como actuación especial, Héctor Infanzón y su orquesta.

Difícil recorrido cuesta arriba

Los pasados 45 años, Nieto ha estado al frente del negocio, sito en lo que alguna vez fue una carbonería de su abuelo que luego pasó a manos de su padre y que desde 1972 está a su cargo. Ahora empieza un difícil recorrido cuesta arriba.

“Somos una empresa que está en ‘start up’, según el lenguaje tecnocrático, pero con 80 años de experiencia”, señaló. Reconoció que el negocio pasa por momentos álgidos, como todo el sector del esparcimiento, y más el popular, que se encuentra muy deprimido.

Nieto agregó que por lo que cuesta una taza de café en un establecimiento trasnacional la gente puede divertirse seis horas en Los Ángeles, superviviente de la época en la que en el entonces Distrito Federal abundaban los galerones para el baile.

Creo que nunca como ahora ha estado en riesgo el giro, aseguró Nieto Applebaum. No es que la gente ya no baile, sino que siento que nos tenemos que renovar.

Otro factor, precisó, es lo difícil del día a día: la violencia, no nada más la armada, sino la desinformación que tenemos, cualquiera inventa algo ahora, lo pone en Internet y todo mundo lo cree”. Eso también hace difícil la diversión en vivo.

Para Nieto Applebaum lo inmediato es buscar que la gente joven venga a Los Ángeles, lugar donde,aseguró, una mujer aprende a decir no cuando no quiere bailar y se puede poner a bailar sola o con otra mujer sin que nadie la moleste.

Tenemos que asumir nuestros errores y reconocer los aciertos, señaló este actuario egresado de la Facultad de Ciencias, de la Universidad Nacional Autónoma de México, generación 1968.

Los Ángeles ha sido sitio de encuentros y desencuentros: muchas parejas sólo se ven aquí los días de baile, martes y domingos. Vienen de las colonias aledañas (Tepito, Nonoalco, el Centro Histórico, Santa María la Ribera) y una buena cantidad de la zona conurbada del estado de México.

La apuesta también es de atraer al turismo tanto nacional como extranjero. Hemos tenido de visita a varios embajadores que vienen a ver una parte de la vida de la ciudad.

Anécdotas por miles se pueden contar del sitio que abrió sus puertas el 30 de julio de 1937 con un programa que incluyó a la orquesta de Gonzalo Curiel, entonces en el pináculo de la fama, y la danzonera de Toto, con entrada de 50 centavos. Sin embargo, Nieto contó una de sus favoritas ocurrida en un baile de la Universidad Autónoma Metropolitana, con Javier Bátiz como estelar.

Relató que el músico andaba de anfitrión de Carlos Santana todo el día y a cierta hora le dijo que se cortaba, pues tenía una tocada. El jalisciense le dijo invítame, y así el par llego al salón y Santana se aventó toda una tanda para regocijo del respetable.

De República de Argentina a Lerdo

Los Ángeles tuvo un antecesor, el salón La Playa, en la calle de República de Argentina, en el Centro, con un amigo del abuelo de Nieto Applebaum, que ahí organizó un baile y luego lo convenció de que su carbonería era más amplia y cabrián más personas.

Desde entonces Los Ángeles ocupa el mismo número, el 206, de la calle de Lerdo, a una cuadra de la iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles, cuya fiesta patronal es el 2 de agosto y precisamente el próximo miércoles para conmemoración coincidente se efectuará el segundo baile de cumpleaños en el que estarán Los Campeones de Carlos Campos, el Conjunto África, la danzonera de Acerina, la orquesta Antillana y Pepe Luis y su Banda Universitaria.

Los Ángeles ha dado cobijo a grandes de lo que se considera género afroamericano: Willie Colón, La India de Oriente, El Gran Combo, los Fania Allstars y, décadas atrás, de este lugar brincaron a la inmortalidad el mambo con Pérez Prado y el cha cha cha con Ninon Mondejar y su orquesta América que tenía de violinista a Enrique Jorrín.

Las entrada a los bailes de aniversario se cotizan en 500 pesos y 300 para el sábado, dependiendo de la zona en que se desee sentar, y de 300 para el 2 de agosto, con entrega de certificados de asistencia para presumir con los amigos.