Un estado del alma que se llama vacío, podría decirse, unió a la artista Magali Lara con la dramaturga Jesusa Rodríguez, la compositora Liliana Felipe y la poeta Carmen Boullosa, quienes al ensayar hace más de 30 años una obra teatral que no existía comenzaron un largo camino de colaboración.

Así lo revelaron en el Museo Universitario del Chopo al participar en el ciclo de entrevistas con creadores, a propósito de la exposición Del verbo estar, montada en ese recinto de Santa María la Ribera.

La retrospectiva de Magali Lara propone un recorrido de su obra temprana de los años 70 del siglo pasado a 2016 para mostrar a una artista que ha desencadenado una serie de cruces en los soportes que utiliza en su trabajo, desde el dibujo, la estampa y la escritura, que ha derivado en pintura con un lenguaje particular.

Valoran años de mayor audacia e ingenuidad

En medio de la muestra, organizada como una cinta de Moebius, la galería Helen Escobedo recibió la noche del jueves al cuarteto de mujeres, en una de las citas convocadas para que Magali Lara entrevistara a sus colegas, sean escritores y amigos del periodo de 1970 a 1990, así como artistas de generaciones recientes.

Desde sus primeros encuentros de infancia en la escuela de monjas, sus años de estudios en San Carlos, hasta los trabajos que han unido sus vidas y creaciones artísticas en colaboraciones multidisciplinarias, fueron algunos de los temas del cuarteto de creadoras, más que en un encuentro formal, un ambiente de camaradería de antiguas amigas, sólo con la variante de estar en medio de una sala de museo, rodeadas de público.

Estas charlas testimoniales buscan abordar los relatos de experiencias personales y sus colaboraciones en la producción creativa, con la intención de trazar un recorrido por la historia de su obra, desplegando a su vez los procesos artísticos detonantes en la configuración de la escena contemporánea, anunció previamente el museo universitario el ciclo de entrevistas.

La pintora Frida Kahlo, en 1983, fue otro motivo de unión mujeril, pues realizaron la obra 13 señoritas, antes de que explotara la admiración mundial por la pintora mexicana, pareja del muralista Diego Rivera. Apoyadas por Raquel Tibol y Teresa del Conde, así como Dolores Olmedo, escribieron y montaron esta historia sobre una mujer que las apasionaba. No era una historia biográfica, sino la recreación de lo que sucedía en sus pinturas, que eran trasformadas por la dramaturgia en cuadros vivientes.

¿Se acuerdan...?, fue frase constante, en medio de remembranzas, mientras se proyectaban fotos de diversos trabajos en el tiempo, como fue la gira por Europa de Doña Giovanni, singular versión operística del clásico Don Juan, de Mozart, que nació como homenaje a su amiga Fiona Alexander, vestuarista teatral y pintora fallecida en un accidente automovilístico. Años de mayor audacia, o ingenuidad, valoraron las cuatro mujeres.

Ya háganse a un lado y déjenos gobernar, advirtieron al género masculino, listas para seguir tomando el mundo con el arte audaz, la crítica social y las ideas fuera de lo preconcebido.