Chilpancingo, Gro.

¡Vivos se los llevaron… vivos los queremos!, corearon unas 200 personas que durante dos días participaron en el Foro sobre desaparición forzada. Contra el dolor y el miedo: un grito de esperanza, que concluyó la tarde de ayer. Provenientes de diversas partes del país, desde niños hasta ancianos se hermanaron por el dolor y la esperanza en la búsqueda de sus seres queridos ausentes en los años recientes.

La representante del colectivo Desaparecidos Justicia resumió su experiencia: En Querétaro apenas se está reconociendo que existen desaparecidos. Los padres de familia de los 43 estudiantes de Ayotzinapa hicieron un gran trabajo, y lograron que se reconociera que en México existe la desaparición forzada.

Y agregó: En ese estado también hay pueblos originarios, en la sierra hay 200 desaparecidos, ya no pude ir más porque me persiguieron.

Pero doña Mary N, en nombre de los padres de los 43 normalistas desaparecidos, le puso el ingrediente combativo al foro: busquemos a nuestros seres queridos en vida, porque a nosotros nos mintieron (el gobierno), y nos dijeron que nuestros hijos estaban muertos en el basurero de Cocula.

Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, que organizó el acto, expuso: Sin duda lo más importante fue buscar la forma de articular los esfuerzos que hay de familiares de víctimas de desaparición forzada. Estuvieron representantes de colectivos de Sinaloa, Coahuila, Querétaro y Michoacán, que ya han podido unir esfuerzos, aunque faltaron los de Veracruz y Nuevo León.

Al final se dio lectura a un pronunciamiento, en el que se expuso que “luego de un análisis profundo que ha contado con el aporte de especialistas nacionales e internacionales, las organizaciones de familiares exigimos la aprobación pronta de la Ley General de Desaparición Forzada y Desaparición por particulares, pues reconocemos en ella las contribuciones de los familiares.

Los participantes en este foro, señalaron: refrendamos nuestra apuesta por la unidad y la articulación desde abajo, por la exigencia de la búsqueda en vida de nuestros seres amados y el fin de las complicidades, la negligencia y la insensibilidad de las autoridades de todos los órdenes de gobierno, quienes además discriminan y revictimizan a las familias.